Historia de aventuras que ha envejecido mal. Richard Widmark dirige un grupo de rescate que, volando, acude en auxilio de personas que se encuentran en situaciones desesperadas, ya sea una comunidad aislada por la nieve o los naúfragos de un mercante en un mar enbravecido.

Pero algo falla porque el director no consigue transmitirnos su tragedia y desesperación. Se pone énfasis en el drama personal de los rescatadores que se sienten responsables de no poder salvar siempre a todas las víctimas.

Sale Yul Brynner como hombre valiente pero obediente, lo que resta fuerza a su personaje. Mucha cabina del piloto, acción de estudio de rodaje y personajes que despiertan poco interés. Sin Widmark ni Brynner, directa al olvido.