Aviso: "Ayúdame con el muerto" no es una comedia de enredo. Se trata de una historia singular que, bueno, quizá si merecía la pena ser contada, más para los que supieran quién era Gram Parsons, que no es mi caso.
El amigo y manager de un músico difunto roba el ataúd con su cadáver, lo mete en un coche fúnebre, un Cadillac amarillo grafiteado con flores, y trata de incinerarlo en el desierto para cumplir la promesa que le hizo.
No tomándosela en serio, daba para un disparate pero como está basada en un suceso real, deriva a una historia de interés humano en la que el enredo es escaso y forzado. Los diálogos no son ingeniosos y a duras penas los encuentros con la policía tratan de añadir una pizca de gracia. En conjunto resulta aburrida y el incomprensible comportamiento de los personajes solo consigue hacerlos lejanos hasta que dejan de importarnos sus afanes.
Mejor elegir otra opción.