Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Arponero Sánchez:
8
Drama. Romance Cuando se conocieron, Sara vivía con François, el mejor amigo de Jean. Ahora, Jean y Sara se quieren y viven juntos hace 10 años. Un día, Sara ve a François por la calle. Él no se da cuenta, pero a ella le invade la sensación de que su vida podría cambiar repentinamente. Al mismo tiempo, François retoma el contacto con Jean por primera vez en años y le propone volver a trabajar juntos. A partir de aquí, todos perderán el control. (FILMAFFINITY) [+]
8 de octubre de 2022
19 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
En su demoledora disección del “El viejo y el mar”, de Hemingway, el legendario crítico Dwigth McDonald le acusa de editorializar emociones. “Soy un hombre extraño” le dice el viejo al niño. Y MacDonald le azota con esta frase: “¡No lo digas, viejo, demuéstralo!”.

Ese es quizá el principal valor de “Fuego”, de Claire Denis. No nos explica, no nos “editorializa” lo que les ocurre a sus personajes: se limita a mostrar con toda crudeza y detalle el comportamiento de una mujer poseída por el deseo, atormentada por los sentimientos contradictorios que eso le provoca, confusa, doliente, y que proyecta su dolor interno en su pareja, a la que como a nosotros, le cuesta entender lo que está pasando.

Claire Denis nos convierte en voyeurs del drama de una mujer desgarrada entre el deseo carnal por François, que le devora las entrañas, y su lado racional, me atrevo a decir que incluso su amor, pues creo que Sara sigue queriendo a Jean. Normal que cause confusión en nosotros pues la misma esencia de “Fuego” consiste en mostrar descarnadamente y sin filtros ni explicaciones los efectos que su conflicto interior producen en Sara. Como dice el título original, “Avec amour et acharnement”, “Con amor e implacabilidad”. Por cierto, otra ocasión perdida para los distribuidores en español de no continuar con su inveterada costumbre de ser patéticamente creativos y j**** el título que le pone el autor…

Ademas de mostrárnoslos cuando están juntos, “Fuego” acompaña a los protagonistas, Sara y Jean, en escenas de su vida cotidiana, en el trabajo o en la compra, y esa vertiente hiperrealista de “Fuego” entronca con el voyeurismo de Warhol en “Blue Movie” e incluso con secuencias de “Blow Up”. No que pretenda comparar a Denis con Warhol o Antonioni pero hay una conexión en el lenguaje, en la forma de mostrar la realidad con una perspectiva propia, que es una de las esencias del cine como arte.

Recuerdo pocas escenas tan realistas de un conflicto de pareja como algunas de las discusiones entre el personaje de Sara y el de Jean: esas argumentaciones sin sentido, ese desvío del tema en el que caemos inconscientemente cuando no queremos discutir un tema incómodo (“No me has mirado en toda la noche” - “¿Es que tengo que mirarte toda la noche? ¿Desde cuando es obligatorio mirarse?”)

“Fuego” no es una obra maestra, tiene debilidades, quizá la más evidente un ritmo no del todo mantenido a lo largo del transcurso de la película (ya sabemos que es lenta, y tiene que ser así, pero hay muchas formas de manejar esa lentitud), y algunas divagaciones innecesarias en la historia del hijo de Jean.

Qué decir de las interpretaciones: Juliette Binoche está magistral, excelsa: soporta los primerísimos planos transmitiéndonos con una fuerza espectacular su conflicto interno, tanto su rostro como su lenguaje corporal aportan al personaje todo lo que la directora buscaba, y más aún.

Vincent Lindon borda su personaje, un ex jugador de Rugby que lo ha perdido casi todo y que conserva un coche que no puede mantener, tiene un hijo al que no sabe cuidar, y vive con una mujer a la que ama apasionadamente y a la que ve escapársele entre los dedos.

A Grégoire Colin le toca el personaje en mi opinión menos conseguido, François, al que apenas dibuja Denis Claire. En François no hay conflicto, tiene claro lo que quiere y pide a Sara explícitamente que deje a Jean. Quizá lo más forzado del argumento son sus intentos de manipulación y su visita final a Jean para convencerle de que Sara le está siendo infiel.

Una película francesa hasta la médula, difícil, intensa, que nos fuerza a ser espectadores, queramos o no, de los destructores efectos del deseo sexual incontrolado, y a la que me resulta fácil perdonar sus defectos. Un merecido 8.

#sígueme en Twitter @ArponeroSanchez, y si te ha gustado no olvides dar un positivo!
Arponero Sánchez
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow