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España España · Madrid
Voto de Feisal:
6
Acción Traicionado por Vesper, la mujer a la que amaba, 007 se plantea su nueva misión como algo personal. Durante su investigación, Bond y M interrogan a Mr. White, que les revela que la organización que chantajeó a Vesper es mucho más compleja y peligrosa de lo que imaginan. El servicio de inteligencia forense vincula a un traidor del Mi6 con una cuenta bancaria en Haití, donde Bond conoce a la bella pero combativa Camille, una mujer que ... [+]
8 de enero de 2011
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como cualquier icono mediático del imaginario popular, el agente 007 siempre ha pasado por diferentes fases, acomodándose al ritmo y a la moda de los tiempos. Fue ye-ye en los 60, pop e histriónico en los 70-80, testosterónico y adrenalítico en los 90, y llegó así al siglo XXI. Una buena noticia para los que nos divertimos con las fantasmadas de Bond, pero que al mismo tiempo reclamamos un mínimo de inteligencia y de saber hacer en el guión (sí, pura contradicción, qué le vamos a hacer), fue la llegada de Daniel Craig al papel y su debut en "Casino Royale", el mejor Bond desde hacía una década, con una historia impecable, seria, entretenidísima y bien hecha. Con semejantes mimbres, no éramos pocos los que nos frotábamos las manos con la siguiente película, dirigida por el intrigante Marc Forster.

Y con un ojo y medio puestos en la saga de espionaje hija de los tiempos post 11-S, la de Jason Bourne, Bond ha dado un paso atrás. Y justo por el elemento clave: el guión. Si en el anterior filme se apostaba por dosificar astutamente las escenas de acción sólo en momentos puntuales de la trama, y se primaba la intriga, las conversaciones y el misterio; en "Quantum" el único ritmo que hay son secuencias de acción a todo ritmo, con escasas escenas de diálogo e informativas insertadas entre tiroteo y tiroteo. No hay tiempo para que los actores puedan lucirse o aportar algo a sus personajes, no hay un mínimo de profundidad. De cuando en cuando vemos ligeros apuntes, esbozos, que inmediatamente se cortan. Y las referencias a Bourne vienen de las hiperrealistas escenas de acción, a veces con un cansino abuso de montaje videoclipero a ritmo infernal. El paso atrás también se ha dado en el argumento en sí (en Spoilers), incluso en los actores, aunque ya digo que no tienen tiempo para aportar algo más a sus estereotipados personajes. Mathieu Amalric no le hace sombra a la turbiedad y sordidez de Le Chiffre que tan bien interpretara Mads Mikkelsen en la anterior. Su Dominic Greene parece un chiflado nuevo rico autoconsciente de ser un villano Bond. Ídem con la Kurylenko, aunque pensaba que interpretativamente iba a ser un desastre, se defiende bastante bien y actúa con dignidad, pero no tiene nada que hacer con el recuerdo (suspiro) de Eva Green.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Feisal
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