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Voto de Daesu:
7
6,2
341
Drama
Líder de una generación de nuevos cineastas filipinos que deja una estela de asombro allí por donde pasa, Brillante Mendoza fue el primer cineasta de su país invitado a participar en la sección oficial del Festival de Cannes con esta película. La familia Pineda –un matriarcado alrededor del cual pululan hijos, nietos, primos y sobrinos- regenta un viejo, barroco, decadente y laberíntico cine dedicado al género erótico. Mientras los ... [+]
25 de mayo de 2009
17 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al ver las primeras imágenes de Serbis, me vino a la mente otra película muy próxima geográficamente aunque no tanto en lo conceptual. Estoy hablando de Good Bye, Dragon Inn de Tsai Ming-liang. En ambos casos, un cine grande, laberíntico, sucio y triste se convierte en el protagonista principal. Ambos establecen en él sus microcosmos, pero mientras Tsai lo hace desde el minimalismo más radical (dilatando los planos, explotando el silencio, el fuera de campo y la ausencia de luz), Mendoza opta por algo más activo, verbal y narrativo –no por ello menos digno-. Mendoza parece querer crear un lugar lleno de miseria y falta de oportunidades donde la prostitución y el sexo, parecen las únicas formas de evasión, y cuyo hedor a semen llega hasta el espectador. Para deshilachar el film y llegar hasta el verdadero mensaje que quiere transmitirnos, deberíamos fijarnos en las siguientes cinco momentos…
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El primero, el sensual y erótico lavado frente al espejo que da inicio al film, parece anunciar la importancia de la sexualidad. El segundo, el más triste, el pequeño de la familia pulula con su bici y su inocencia en fuga por los recovecos del cine, mientras observa sin sorpresa – esto es lo más inquietante- las escenas de sexo entre homosexuales. Esta escena parece reflejar como el ambiente ha ido labrando el futuro de los miembros. El tercero muestra la angustia de la matriarca, tanto por la derrota judicial como por el advenimiento de otro miembro al que no se ve capaz de sustentar, poniendo sobre la superficie, la frustración materna ante una ambiente que la desborda. El cuarto podría haber sido el preludio de un final esperanzador –la irrupción de una cabra es el momento más divertido- pero Mendoza no pretende alejarnos de la realidad. En la escena final nos devuelve a la miseria, haciéndonos llegar un mensaje demoledor, aquella familia matriarcal cerrad ajena a la ciudad (al principio solo se intuye por el ruido ambiente) es solo una muestra de lo que por extrapolación, ocurre en la cuidad de Manila –también posiblemente en el país Filipino-. Lugares avocados hoy por hoy a ese tipo de “servicio” del que nos habla la película.