Impactante adaptación a la gran pantalla del conocido cuento infantil a través de una producción que apuesta firmemente por los buenos efectos especiales y una gran ambientación medieval. Un film puramente comercial, entretenido de principio a fin e impactante visual y sonoramente gracias a la buena utilización de la tecnología que tanto ha aportado a la industria cinematográfica actual.

Una película en la que todo el protagonismo recae sobre los hombros de una espectacular Charlize Theron, que borda su interpretación y le da vida a una malvada reina que verdaderamente da miedo e impone respeto; algo que no se puede decir de nuestra querida Blancanieves. Kristen Stewart una vez más no da la talla (ni se asoma al nivel exigido por su personaje en esta producción: la belleza la pone, pero el resto se le olvidó) y da vida a una Blancanieves sosa, inexpresiva completamente y con una cara de “pasmada” que no modifica en ningún momento de su interpretación.

Cierto es que Sanders se aprovecha del éxito de muchas otras producciones fantásticas para hacer una especie de “collage” y transformar un cuento infantil en un largometraje lleno de acción y muy llevadero para todos los públicos. Mejorable es desde luego, pero no hay que quitarle mérito al hecho de atreverse con un clásico de Disney y jugar con su interpretación de la manera en que lo hace nuestro director.

Una producción llena de fantasía que nos hará rememorar (aunque de una forma muy diferente a lo que recordamos) momentos de nuestra infancia a la vez que modernizará el género y dará un vuelco la arraigada idea de las llamadas “princesas Disney”. La “bruja malvada” y los enanitos cumplen (Charlize Theron no solo cumple sino que brilla con una interpretación estelar), Blancanieves no.