Haz click aquí para copiar la URL
España España · madrid
Voto de namusi:
5
Drama Cochabamba, Bolivia. Año 2000. Sebastián (Gael García Bernal) y Costa (Luis Tosar) se han propuesto hacer una película sobre Cristóbal Colón y el descubrimiento de América. Mientras que Sebastián, el director, pretende desmitificar al personaje presentándolo como un hombre ambicioso y sin escrúpulos; a Costa, el productor, sólo le importa ajustar la película al modesto presupuesto del que disponen; precisamente por eso elige Bolivia, ... [+]
13 de enero de 2011
14 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Icíar Bollaín es nuestra Directora más conocida y una de las que más cine social hace en nuestro país. Eso no se lo podemos negar. Así, ya desde su debut en “Hola, ¿Estás sola?” nos demostró que con pocos medios se podía sacar adelante una historia solvente, humana y cercana.

Según ha ido creciendo en importancia y en presupuestos las películas han ido perdiendo fuerza como su fallida “Mataharis” (esplendidas son “Flores de otro mundo” o “Te doy mis ojos”).

Partiendo de un guión de su pareja y guionista habitual de Ken Loach, Paul Laverty, nos muestra un hecho que aunque cercano en el tiempo un gran desconocido para nuestra sociedad, la denominada “Guerra del agua” de Bolivia ocurrida en el año 2000.

El planteamiento del que parte es que a través de un acontecimiento para la ciudad de Cochabamba (la tercera ciudad del país) como es el rodaje de una película sobre Cristóbal Colón en un país oprimido por la pobreza (con lo que supone en dinero y trabajo para los locales) se va transformando en un drama por la privatización del abastecimiento de agua municipal para que pase a manos extranjeras. Los acontecimientos se van precipitando y los miembros del rodaje tienen que tomar partido o cerrar sus ojos ante lo que está ocurriendo.

La trama va moviéndose como un columpio en una dualidad de personajes y de ambientes. Por un lado, la película en sí misma mediante escenas completas de cómo quedaría montada ésta y por otro lado las peripecias del rodaje que se van entremezclando y diluyendo por un acontecimiento mucho más importante que la película. Pero no acaba de conseguir convencer esa dualidad. Quiere que los personajes pasen de ser más idealistas (como el Director) a más pragmático y al revés con el Productor (al cual sólo le importa acabar la película y gastarse el menos dinero posible a pasar ser un implicado por decisión propia en la batalla). En momentos los personajes tienen fuerza pero en otras se diluyen como azucarillos y aunque se mantiene con interés la historia te deja la sensación de que podía haber ido más allá. De ser más claro el mensaje y no tan políticamente correcto con concesiones a ambos lados. La labor de Boallín como Directora es correcta, con oficio y agradable pero le falta ese punto de sal para que el arroz sepa sabroso y no se quede soso.

No todo es negro ni todo es blanco. La gama de grises de los intereses (tanto en el cine como en el movimiento social que muestran o en la vida misma) es muy amplia y no hay que ser tan parcial, y por ello no creo que ni sea posible que sea considerada ni siquiera para la nominación al Oscar al que aspira.
namusi
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow