El protagonista parece un padre y marido ideal durante el principio de la película.
Él es un manirroto que se asusta ante las deudas y termina abandonando a su familia, con un niño de 10 y otro de 13 años.
Simula un suicidio y se hace pasar por otra persona, en otro lugar.
La madre tiene que hacerse cargo de todo y sale adelante con su trabajo y cuidado de los hijos. Después nos enteramos que tampoco estaban con las manos vacías, como el guión nos había dado a entender, ya que habían cobrado unos 56.000 dólares por la aparente muerte del padre.
Cuando el seguro exige a la madre la devolución del dinero ésta le busca y le pide que pague la deuda. Él contesta que no tiene dinero y ellla le denuncia.
El hombre demuestra ser un egoista, manirroto y cobarde. Aún así los hijos me parecen también muy egoístas e hipócritas. Parecen exigir la perfección a su padre, pero ellos no son capaces de reconocer la gran vida y cariño que les proporcionó mientras convivieron y solo tienen rencor hacia él, sin pizca de comprensión o cariño. Por lo menos sí reconocen a su madre el cariño y el esfuerzo que hizo con ellos.
El padre manifiesta en en el juicio que lo hizo por miedo y por amor hacia su familia ya que pensaba que así solucionaba o aliviaba sus problemas económicos y renuncia a su defensa reconociendo su culpa.
Al final de la película se informa que de los cuatro años que le condenaron en prisión solo cumplió ocho meses.