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España España · Zaragoza
Voto de Juan Solo:
6
Comedia En una cena entre cuatro parejas, que se conocen de toda la vida, se propone un juego que pondrá sobre la mesa sus peores secretos: leer en voz alta los mensajes, y atender públicamente las llamadas, que reciban en sus móviles durante la cena. Remake del exitoso film italiano "Perfetti sconosciuti" (2016), de Paolo Genovese.
14 de diciembre de 2017
20 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
A mí Álex de la Iglesia se me ha representado siempre como una especie de moderno Valle-Inclán. Por supuesto, en tiempos del escritor gallego no existían los móviles, y por no existir casi ni existía el cine, así que difícilmente podría haber rodado una película como ésta. Por otra parte, siempre he pensado, medio en broma medio en serio, que hoy, con los móviles y todo eso, sería impensable rodar una película como “El ángel exterminador”. Me equivocaba. Aquí nos encontramos a unos tíos encerrados en una habitación, armado cada uno de ellos con su correspondiente Smartphone, incapaces de salir de ella. Ni lo intentan. Están tan enganchados y seducidos por sus aparatitos que ni se les pasa por la cabeza.

Pero volvamos a Valle. Y a los espejos. Las películas de De la Iglesia también pretenden devolvernos una imagen distorsionada de nosotros mismos. Como en un espejo convexo. Como en un esperpento. Al director bilbaíno le interesa mucho hablar de hipocresía, de las caretas y las máscaras que nos ponemos para intentar aparentar lo que no somos. “Perfectos desconocidos” va de todo eso. Cualquiera puede reconocerse en esos amigos que se reúnen en una cena para descubrir al final de la velada que quizá después de todo no sean tan amigos. Todos hemos sentido alguna vez fastidio por tener que acudir alguna vez a alguna de esas citas que en el fondo no son más que otro compromiso social más que, como animales sociales que somos, nos obliga a ensayar nuestra mejor sonrisa y a dejar nuestras miserias en casa. Y romper ese compromiso puede derivar en el desastre más absoluto. Es lo que aquí, nunca mejor dicho, se pone encima de la mesa. Lo de los móviles no es más que una coartada. Eso sí, perfecta.

Ahora bien, mi impresión es que esta vez el espejo en el que Álex nos pide que nos miremos no es tan convexo como otras veces. Tal vez influya mucho el hecho de ser prestado. “Perfectos desconocidos” es el remake de una exitosa película italiana de hace un par de temporadas, que, por cierto, sigue esperando fecha de estreno en nuestro país. Es un encargo, y por más que Álex intente en todo momento arrimar el ascua a su sardina y llevar la historia a su terreno, se nota. Veo a De la Iglesia reprimirse y morderse la lengua en más de una ocasión. Cuando Alterio coge el cuchillo se masca la tragedia y se huele la sangre. Pero esta vez, la sangre no llega tanto al río, la única que se ve, de hecho, es la que baña esa luna que lo preside todo en la noche de autos.

No obstante, en “Perfectos desconocidos” sigo viendo también al Álex de siempre, al director que probablemente mejor sabe lo que hacer con una cámara entre las manos en el actual cine español, al que mejor se maneja en espacios cerrados, al que dirige de un modo excepcional a sus actores y que sabe lo que de verdad es una comedia negra. Pero al mismo tiempo, sé que no es él. Así que, por una vez y tal vez sin que sirva de precedente, añoro a ese otro Álex de los finales orgiásticos y desatados. Siempre quejándonos de que es un tipo que no redondea bien sus películas por su afición precisamente a esos finales, y para una vez que nos sale comedido… El caso es quejarse.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Juan Solo
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