En determinado momento, cuando la araña mutante sale de la boca de uno de los astronautas muertos y persigue a los tres chiflados (protagonistas) por los corredores del laboratorio, ellos se meten en un cuarto lleno de barriles de material tóxico. La puerta de este cuarto es de vaivén, o sea que no puede trancarse. Entonces, la araña, que todavía es del tamaño aproximado de una sandía (a lo largo de la película irá creciendo hasta convertirse en un monstruo gigante) empieza a chocar torpemente contra la puerta, en un intento de abrirla. Esto quiere decir que algún técnico en efectos especiales, probablemente borracho, arrojaba el títere de araña contra la puerta una y otra vez, mientras los tres "actores" trataban de bloquearle el paso del otro lado... Tres personas contra una araña que en realidad no era tan grande tuvieron que recurrir a uno de los barriles de material infeccioso para trancar la puerta.

Más adelante, cuando la araña ya había adquirido un tamaño respetable y ya había despachado a uno de los tres chiflados, la chica y el estúpido que quedan caen por el túnel del ascensor. Caen y caen, metros y metros, al vacío, a toda velocidad... para rebotar contra una enorme telaraña que el monstruo tejió en el hueco, que, en realidad, es un trampolín negro con unas gasas pegadas para darle el aspecto de hilo de seda. Y claro, ellos se quedan pegados en los hilos pegajosos, mientras la araña baja por el túnel, dispuesta a devorarlos. Luego de un forcejeo, la araña arremete contra el estúpido, tratando de hundir sus enormes colmillos en él. Pero esos colmillos de plástico apenas se apoyan sobre la camisa del tipo y la sangre empieza a salir a chorros, como si lo hubiese atravesado de lado lado.

Sí, realmente, una colección de escenas inolvidables.