Comedia brillante, desenfadada, desmitificadora, llena de lozanía y con pinceladas deliberadamente ingenuas y candorosas que la convierten en propuesta entrañable.
Diálogos ingeniosos, situaciones de comicidad original y sugerente sin un minuto de pausa junto a un cuidado talante musical e interpretaciones magistrales por parte de los protagonistas, son las señas de identidad de una película limpia, libre de artificio y que merece, a pesar de su ostracismo, inscribir su nombre en la nómina del cine con mayúsculas porque la comedia no es un arte menor.

Ha nacido una estrella.
R. Torrado demostró fuerza, elegancia, habilidad, espíritu certero y soltura para dirigir esta olvidada película de impecable factura.