La hagiografía universal está escrita con la historia de vidas complejas que tuvieron que enfrentarse a encrucijadas de muy ardua solución.
Por eso a veces resulta muy difícil para el director de una película abordar la temática sin caer en los excesos derivados de una dramatización exagerada o de una exigente tendencia maniquea.

Y ese es uno de los principales valores de esta película: su sencilla y limpia aproximación biográfica sin incurrir en desmesuras.
La caracterización psicológica de los personajes es adecuada, el desarrollo de la acción claro y sin ambages, y el tono general y el ritmo de la película son los convenientes.

Y el mérito es tanto mayor en la medida en que para contar bien la vida de San Antonio había que contar bien, de forma especial, algo intangible: había que contar bien que su vida fue una vida de lucha contra sí mismo.