Entre lances de frívola complicidad, requiebros galantes y el siempre cautivador embrujo cairota, el relato de E. Selwyn encuentra en el excelente guión de la prolífica A. Loos y de E. Harris un referente ideal para que S. Wood dirija una estupenda película.
Un ritmo dinámico, una ambientación magistral, una fotografía magnífica, una cámara que posee absoluto sentido de la oportunidad y un atractivo estilo narrativo proporcionan al largometraje empaque y solidez.
M, Loy interpreta a la perfección su insinuante personaje mientras que R. Novarro demuestra las razones por las que fue el primer actor mexicano en triunfar en Hollywood. L. Closser Hale, por su parte, y C. Aubrey Smith brindan sendas lecciones de cine desde sus papeles secundarios.