A veces el encanto de las cosas sencillas es capaz de conseguir que el tiempo se detenga y que todo alrededor cobre una naturaleza propia y sosegada en la que cabe lo bonito, lo intrascendente y lo lúdico.

Pero esa sencillez no es un don gratuito.
Hacerlo bien requiere una notable dosis de sensibilidad y manejar con destreza los resortes de la imaginación.

Estas fotos de familia pertenecen a un álbum en que sus hojas están engomadas y se cubren con una ligera lámina de pvc trasparente cuando no se sujetan directamente con esquineras fijafotos de color negro.

Y, sin embargo, mantienen su vigencia.