Argumento curioso que acentúa su carácter llamativo por el inusual modo de llevarlo a la pantalla gracias a un guión peculiar y a un concepto cinematográfico moderno y atrevido.
El espectador mantiene la atención durante toda la proyección y la acción fluye con naturalidad, los puntos oscuros se van desvelando con parsimonia y la mano del director A. Fons ejerce su égida con autoridad y solvencia.

La elección de M. Summers para su papel como protagonista resulta idónea porque interpreta el personaje con sobriedad, suficiencia y le sabe conferir credibilidad. Nadie mejor que él encarna la angustia, la reflexión y ese poso de autismo e inadaptación que se va deslizando en cada fotograma como incesante mensaje.