Comedia ingenua, deliberadamente provocadora y primaria que plantea esquemas parecidos a los que A. Bo mantenía en sus películas desde una década atrás.
El argumento no esconde sus intenciones en clave de parodia -poco sutil, si se quiere- y por eso no induce a error. El suave erotismo le imprime una pizca de chispa.
La narrativa es directa, liviana y sin dobleces, por doquier se nota la austeridad de recursos materiales pero a pesar de ello consigue perfiles psicológicos bien caracterizados.
A veces, tanta sencillez parece que posee la virtud de atrapar porque sitúa al espectador en un plano superior.

De vez en cuando hay que ver una película de este director protagonizada por la inefable I. Sarli, a la sazón su pareja en la vida real.