Telefilme surgido en plena Guerra Fría cuando muchos creían que el conflicto entre las dos superpotencias EE:UU y la extinta URSS (Rusía en la actualidad) era algo inevitable, que tarde o temprano sucedería sin más rememdio, y que por desgracia sigue siendo un tema de actualidad teniendo en cuenta la cantidad de armas nucleares que existe en muchos países tercermundistas como Pakistán, Índia; Corea del Norte e Irán.

Sí algo aprendí de ella, es que me produjo una terrible conmoción, que era lo que el principal objetivo de esta impactante producción británica, que la especie humana es ya de por si decadente y autódestructiva con sus semejantes, que la inutilidad de la guerra en si nos lleva a convertinos en algo peor que las bestías que surgen de nuestro interior, la mala inversión en la carrera armamentística hecha para convertir nuestra defensa en una autodestrucción mutua nos conduce hacía nuestra extinción como especie dominante del planeta Tierra, sentencíando nuestro futuro para los supervivientes y nuestros descendientes.

Una película hecha no sólo para concienciar la inutilidad de la guerra en si misma, sino también mostrar los horrores surgidos del posterior holocausto nuclear y de la insignificancia de nuestra especie a través de la visión de una jóven pareja y que cuyo futuro quedará sentenciado por la estúpidez y la ignorancia de los políticos y cuidadanos de a pie que anteponen sus intereses económicos y territoriales condenando a toda la humanidad y a ellos mismos a la extinción antes mencionada.

En conclusión; Nadíe gana en una guerra nuclear.