Ocho años después de su rodaje-lo acabo de descubrir-nos llega una peli de un director que por lo menos merece el calificativo de interesante. Podría haberse vendido como gran peli de miedo-que no lo es-engañando al personal con algunas de las desagradables imágenes del metraje, que a mí, personalmente, son lo que más me ha gustado. En México, un curandero, hijo de uno de los grandes magos del país se une a una policía muy mona para atrapar a un sadico asesino viciosillo al que le pone el gore.
Buena fotografía y sonido, buen gore a ratos y la fealdad y suciedad de una ciudad que se les va de las manos. En fín, peli interesante que no ofrece lo que promete y se queda bastante corta, pero que apunta buenas maneras en cuanto al uso de la casquería.