Estoy desolado... Soy un fanático del género de terror, del subgénero slasher y hasta del cine de segunda clase con asesino cutre. Pero sobre todas las cosas soy devoto de Wes Craven, el hombre que creó al asesino en serie que vivía en las pesadillas y la trilogía Scream que ahora espera cuarta parte y de la que soy fan total.
Pues bien, tenía unas ganas locas de ver esta película desde que leí que se estaba rodando. Y hoy al final ha llegado a mis manos. Le he dedicado un momento especial, me he preparado confiado en que me esperaba una hora y media de diversión al viejo estilo Craven y nada más lejos de la realidad.
My soul to take es infumable, aburrida, sin sentido... Vamos, que parece mentira que venga firmada por uno de los grandes.
El punto de partida regulero podía haber dado para muchísimo más, y el personaje del destripador podría haberse convertido en un nuevo Freddy de no ser porque ni da miedo, ni tiene la más mínima base.
Pues eso, una decepción.
Y de las gordas.
Lo mejor: Los créditos finales animados, por decir algo. El 25 de agosto, un puntazo.
Lo peor: Que sea del tito Wes.