Uy, qué bien, es nochevieja y volvemos a casa en avión.
La niña grabatodo, repelente a saco, quiere un recuerdo de todo cuanto acontezca en el viaje.
Hostia fina aeroplana y aún así sobreviven 8 o 9.
Entre ellos el típico gordo odioso que no puede faltar para crispar nervios.
Primera gran idea: Oye, que alguien vaya a inspeccionar la zona, en plena noche.
Gruñidos... ¿ Un oso, un coyote, o un lince? No... Un velociraptor, como lo oyen, ( leen).
Segunda gran idea: Ya que se ha comido a la azafata, vamos a inspeccionar todos juntos mientras grabatodo hace eso, lo graba todo.
Todo es:
Llegamos a un pueblo con una radio...
En lugar de inspeccionar por si hay un teléfono, un pc o yo qué sé, nos quedamos todos a verlas venir mientras al gordo le da un amago de infarto, del que se recupera en cero coma.
Otra gran idea: volvamos al avión a encender una bengala.
Por cierto, ha llegado un coche, nos pregunta cuantos somos y se pira.
Huele mal... Menos a ellos, que son muy comprensivos.
De regreso al avión van cayendo uno a uno.
Se salvan grabatodo y su hermana ternesca.
Vaya, era una zona militar restringida.
No desvelo el final, aunque es igual de mierderrr que el resto.
PELICULÓN...