Haz click aquí para copiar la URL
España España · asturias
Voto de javieritos:
5
Terror. Drama Una joven mujer severamente depresiva después de la muerte de sus padres, se retrae en ella misma y solo ve una salida de su estado a través de una inesperada relación con un hombre llamado Adam. (FILMAFFINITY)
10 de marzo de 2014
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Enésima intentona de Mischa Barton- que tiene la misma facilidad para coger y perder kilos que para sumergirse en proyectos de los que es difícil salir airosa (Apartamento 1303: La maldición, A Resurrection, Cyberstalker, Walled In, por ejemplo)- por convertirse en una scream queen
esta vez en una peli de factura decente pero guión bipolar obra de Mark Edwin Robinson, director de Breaking down en 2004 y The Levenger tapes en 2011.
En esta ocasión, la Barton interpreta a una mujer que destrozada por la muerte de sus padres en un periodo de seis meses pierde toda la fe que le inculcaron desde pequeña y reta a Dios y al destino para que le den una muestra de su existencia. Entonces, de casualidad conoce a Adam, el chico perfecto, y entre ellos surge el amor.
Muy bien.
Hasta aquí tenemos una hora de drama romanticón y pasteloso para ver bajo la manta en una tarde de largo domingo de noviazgo que haría las delicias de cualquier redactora de la Cosmo y la Cuore. A partir de aquí es donde la historia se vuelve turbia y los que queríamos ver una peli de terror nos vamos más o menos a conformar... Adam vive en un edificio embrujado. En su última planta una anciana fantasma se apoderaba de las cosas de los vivos para irles borrando de su existencia terrenal y acababa llevándoselos al otro lado.
Pues muy bien.
Fantasmas, mal rollo vecinal, posesiones, el hilo entre la vida y la muerte... Son buenos ingredientes para hacer una peli, ¿no?. Pero no. El director, que escarmentó desde su primer proyecto, Breaking Down, que contaba la historia de una estudiante de medicina que se encargaba de investigar y estudiar la mente de un enfermo en un misterioso psiquiátrico y que bordeaba los límites de la locura como en su última cinta bordea los de la muerte, por la que recibió malísimas críticas, poca distribución y menos publicidad y que a mi juicio era una propuesta más que interesante y personal.
Lo dicho, Mark Edwin Robinson parece haber aprendido cómo vender una peli, con una “estrella” de por medio (a la que mi admirado Fabio McNamara dedicó su single “Celebritis”) y mezclando géneros para captar audiencia. Y ese es el único defecto que de verdad le veo a una cinta con una factura impecable, unas interpretaciones más que meritorias y unos efectos especiales del montón: la mezcla de géneros no siempre es buena. El fusionaje al que tantísimo nos han ído acostumbrando no siempre tiene por qué funcionar y en “Into the dark” no funciona. El guión es demasiado bipolar y el paso del lagrimón al susto es un puro precipicio.
No se puede decir que el director no se lo curre, no... Tras un lapso de siete años, se curtió en el cine de terror que se llevaba en la pantalla americana y tras su fracaso con su ópera prima nos regaló hace dos años “The Levenger Tapes”, cinta encuadrable en el subgénero de “nacidas a la sombra de la Bruja de Blair”, en la que apostó por una constante y creciente tensión con sustos dosificados y mal rollo ambiental rodada con cámara subjetiva y que trataba de un grupo de detectives que investigaban unas cintas de lo que parecía el homicidio de varias personas desaparecidas.
En ésta, su tercera peli, no puede evitar tocar el género de terror, que como ha asegurado en varias ocasiones ama, pero lo envuelve en un drama que podría ser una bazofia pero acaba siendo sin duda la mejor parte del film.
Ha pulido, eso sí, lo que más se criticó de sus otras dos cintas, la fotografía, de la que se encarga Eduardo Enrique Mayén, componiendo una preciosista y detallada obra de arte, y las interpretaciones, que ambos protagonistas, Mischa Barton y Ryan Eggold bordan en las mejores de sus actuaciones.
Sólo falta que para su próxima obra se libere de la preocupación por captar audiencia y ruede lo que realmente le apetezca. Seguro que el resultado será menos forzado y confuso. Talento para rodar terror no le falta al amigo, se lo aseguro.
Lo mejor: Sorprendentemente para mí, Mischa Barton, con una voz rasgada que pone la piel de gallina. El director ha sabido aprovechar su cara poco expresiva para dotar a su personaje de un aura extraña que la ha beneficiado notablemente. El drama que sirve de prólogo lejos de ser un pastiche es hasta emocionante...
Lo peor: Navega entre dos aguas y acaba ahogándose sin quererlo en un final redentor muy al gusto de cinéfilos de lágrima fácil y kleenex en mano.
La recreación tenebrosa de la parte de terror está bastante lograda y cuando uno ya no lo espera comienza un carrusel de sustos de los que alguno se salva de la quema.
Una pena que el prólogo dure hora y cuarto...
Más en NIDODECUERVOS.COM
javieritos
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow