Un thriller malo en el que las actuaciones no es que sean buenas y la ambientación es lo peor, tratando de imitar las afueras de Austin, Texas (Aunque toda la historia transcurra en una serie de descampados manchegos y Los Monegros) pero no puede negar que se ha rodado en España, porque poner uniformes de policías yanquis y dos coches americanos no quitan que el restaurante chino parezca una tasca del Perchel o que en una escena se vea colgando una cabeza de toro.
Con una historia floja que prueba a ir de neo-noir al puro estilo Drive con sus luces de neón, rojo chillante y violencia, bien tratada, todo hay que decirlo.