Haz click aquí para copiar la URL
Voto de PJ Martínez:
9
Drama Narra el camino del rapero Xatar desde el gueto hasta llegar a la cima de las listas musicales, viviendo por el camino una dramática historia de aventuras. Desde el infierno de una prisión iraquí, Giwar Hajabi llegó a Alemania de joven con su familia a mediados de los años ochenta. Aunque aterrizó en lo más bajo, gozó de algunas oportunidades y fue aprendiendo de sus muchos tropiezos. En poco tiempo, pasó de ser un delincuente de poca ... [+]
12 de febrero de 2023
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Llega a las salas españolas Oro puro – Rheingold, la nueva película de Fatih Akin, un biopic sobre la vida del productor y rapero kurdo germano Giwar Hajabi, conocido artísticamente como Xatar, un thriller criminal interesante y entretenido sobre al ascenso de este personaje que en España ni nos suena, pero en Alemania es un empresario de éxito y su vida no era raro que se llevara al cine.
Adaptando la autobiografía de Hajabi, Alles oder Nix: Bei uns sagt man, die Welt gehört dir (Todo o nada: decimos que el mundo es tuyo), Akin firma una historia de ascenso y caída típica de este tipo de películas, inspirándose en la vida del rapero tomándose sus licencias. Empezando in medias res en una prisión Siria en 2010, en el régimen de Al Asad previo a la Primavera Árabe, Xatar y dos amigos suyos son encerrados y torturados preguntados por el oro.
De ahí vemos una serie de flashbacks, como la revolución iraní y su brutalidad, representada por un grupo de Guardianes de la Revolución Islámica entrando en un concierto o el nacimiento del protagonista, en una secuencia épica de un ataque a un poblado kurdo en los montes. De estos flashbacks veremos su ascenso, ya sea como adquirió su nombre artístico, sus amigos o el poder, pero también sus altibajos, como arrestos o su exilio a Países Bajos donde se hace un nombre aliándose con jeque iraquí para seguir con su vida criminal mientras estudia producción musical.


Oro puro – Rheingold tiene algunos recursos que son confusos en un principio, como la estructura o el uso de planos congelados, aunque para el final cobra sentido, pero en el caso de la estructura, podría haber sido un poco más lineal seria mejor, que empezar en el punto bajo de la historia sin contexto.
Como todo biopic, encontramos partes ficcionalizadas, ya que desde el principio se dice que esto esta inspirado en hechos reales, por lo que las licencias son variadas, alimentando la leyenda del personaje que para los españoles es desconocido, pero en este caso sirve para generar una película amena.
La búsqueda de El oro del Rin, que da título a la película en alemán y que referencia la ópera de Wagner, es el leitmotiv del protagonista, no el oro de la ópera, sino más bien el éxito, lo que vendría siendo sueño americano pero en tierras germanas. Una búsqueda de que su familia serán victimas colaterales de sus acciones, a pesar de que no tengan contactos entre ellos de hace años.
Este retrato de un antihéroe que su historia es la idealizada por muchos raperos gangsta, que recuerda a la ya mítica de El precio del poder en los suburbios de Bonn, la antigua capital federal alemana. Una historia que transcurre entre refugiados e inmigrantes de diferentes puntos que viven en el gueto, identificándose por la etnia más que por las nacionalidades, en especial cuando las raíces del protagonista son de un pueblo sin patria como los kurdos.
Mencionar en este punto que la conexión entre la música rap y el mundo criminal no es una cosa del pasado, tal como dicen en la película “Música de crimínales para criminales”, pues la música sobre narcos sigue de moda y en Francia, Países Bajos o Alemania son un auténtico subgénero contando sus andanzas de las que la Costa del Sol muchas veces es el escenario.
En otros aspectos, la interpretación y caracterización de Emilio Sakraya como Giwar Hajabi es buena, el parecido entre el actor y el personaje es realista, a diferencia de otros biopics en el que no tienen nada en común, como el cameo de artistas de su sello como Schwesta Ewa haciendo de si mismos son aspectos destacados de este largometraje.


En conclusión, el retorno de Fatih Akin a los bajos fondos de los inmigrantes en los suburbios alemanes, como fuera en su opera prima, Corto y con filo, aunque en este caso inspirándose en un caso real y siendo una superproducción internacional que es un buen largometraje ameno y gris con el que disfrutar de una historia de mafiosos en tierras teutonas.
PJ Martínez
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow