Esta es una de esas películas que más que para disfrutar sirven para jugar a encontrar parecidos razonables con otras cintas o directamente plagios descarados. Un pastiche en toda regla. Aunque no comienza excesivamente mal, el desarrollo de la trama (y de los personajes) es mínimo, llegando a un final que más que final parece que se quedó metraje en la sala de montaje para decepción del espectador.

Así, tenemos, todo revuelto, un mundo post-apocalíptico en el que la tierra se ha convertido en un desierto de hielo, personas aisladas cuya convivencia se va viendo poco a poco mermada, una llamada de socorro y unos "malos" que han acabado con los habitantes de la colonia que da título a la película. Cambiemos colonia subterránea por nave especial y tal vez tengamos una incómoda sensación de déjà vu...

Lo más reseñable de la película es su fotografía y la recreación de ese mundo cubierto de hielo. También se agradece que no se abuse de las habituales subidas de volumen para conseguir sustos fáciles. Por lo demás, todo es repetitivo, previsible e incompleto. Espero que no haya segunda parte.