Riccardo Milani (Mamma o papà ?, Benvenuto presidente!) presenta, con su equipo habitual de guionistas, una nueva comedia con la que ha batido su récord en Italia. Con esta premisa y un argumento reconocible, Milani pretende repetir su éxito más allá de su “bota” natal.

La película aprovecha las diferencias territoriales e incluso étnicas dentro de una misma ciudad. Y aunque el director habla desde Roma, podría rodarse la misma trama (alerta a los potenciales remakes) en tantas otras ciudades europeas.

Como pez fuera del agua habla desde la comedia, lo que siempre supone un tinte de exageración y simplificación. Sin embargo, su discurso abarca con sinceridad los conflictos entre el progresismo idealista y teórico (que no se mancha las manos ni cambia de barrio) y la realidad pura y dura. Pero también abarca los problemas que se producen entre los grupos tan diferentes de personas que deben compartir edificio y espacios reducidos en el extrarradio.

Con buenas intenciones, el film se dedica a sacar partido a los tópicos y clichés, y no solo en una única dirección. El manejo de todas estas situaciones de cuando uno se siente como pez fuera del agua se hace con un guión ágil y una dirección bastante sobria, con licencias para crear algunos gags previsibles pero eficaces.

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