La nueva comedia de Anne Giafferi muestra la situación a la que se enfrentan muchas actrices cuando empiezan a envejecer. Debido a la reacción alérgica que provoca un retoque estético de la protagonista –al que se ve obligada a someterse para relanzar su carrera–, el inicio del film resulta sugestivo y cargado de humor.

No obstante, poco a poco, la cinta empieza a ralentizarse y la trama se vuelve cada vez más predecible. La premisa de la película fuerza a recurrir al típico relato de intercambio de roles entre personas con cierto parecido. Así, la historia adolescente de cambio de personalidades (que se ha explotado con anterioridad en la gran pantalla), interpretada por personajes de mediana edad, acaba por cansar a la audiencia, que no se ve sorprendida en ningún punto del guion.

Mathilde Seigner está muy correcta en el papel principal y, gracias a ella y a sus diálogos, El papel de sus vidas funciona a ratos, especialmente en la primera parte. Aparte de eso, poco más puede destacarse en este largometraje que está bien como producto meramente de entretenimiento.

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