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Argentina Argentina · santa fe
Voto de rouse cairos:
6
Drama Meme y Jeremías viven rodeados de un entorno familiar disfuncional. A un padre casi ausente se le opone una estructura matriarcal manejada por una madre tan posesiva como dominadora. La confusión general se incrementa cuando llega al hogar Ezequiel, el hijo mayor residente en Barcelona, para celebrar su matrimonio con Montse. En medio del estrés y del vértigo de los festejos, va creciendo la pasión incontrolable entre los dos hermanos menores... (FILMAFFINITY) [+]
12 de junio de 2011
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
El hastío de la alta burguesía es un tema bastante frecuentado por la literatura y el cine argentino (Torre Nilsson, María Luisa Bemberg o Raúl de la Torre, entre otros), pero Albertina Carri,´perteneciente a una nueva generación de directores nacionales,le encuentra una vuelta de tuerca, buscando en su película "Géminis" un abordaje que remite a los orígenes arquetípicos, alrededor de un tabú que iguala a todas las culturas: el del incesto.

Con toques de melodrama costumbrista, la tragedia es la matriz de esta película que realiza un implacable retrato familiar de la burguesía acomodada. Un retrato a partir del tema de un amor prohibido: la secreta relación incestuosa entre dos jóvenes hermanos.
El énfasis no está en el relato de esta pasión transgresora, sino en la intención de desocultar la negación a ver la realidad desde ese microcosmos emergente en una sociedad de apariencias y pretensiones banales. El eje pasa por la mirada hacia una madre que pretende mover todos los hilos de su entorno familiar, frente a la prescindencia absoluta de un padre casi ausente. Es éste el tema que atraviesa toda la filmografía de Carri: el retrato de la familia quebrada pero que no es consciente de su estado.

Los actores debutantes María Abadi y Lucas Escáriz desempeñan un rol impecable, en sus personajes imbuidos de esa ética posmoderna que muestran los adolescentes reflejados
últimamente por la pantalla: bellos, aburridos, cerrados en sí mismos; indiferentes a su entorno parecen moverse en un presente perpetuo, sólo motivados por la satisfacción de deseos espontáneos y cambiantes. Párrafo aparte para el lucimiento de todos los registros expresivos de Cristina Banegas, con una interpretación magistral que sacude visceralmente al espectador y torna imposible cualquier prescindencia emotiva.

Carri sabe llevar la narración, creando un clima que crece subrepticiamente, hasta encontrar su momento de explosión. Observando los conflictos familiares, la cámara no se queda quieta, gira sobre su eje o se desplaza por pasillos y escaleras en continuos travellings que nos hacen cómplices de lo que sucede en sordina.
Cabe destacar que cuando se exhibió en el Festival de Cannes 2005,los aplausos al final de su presentación se prolongaron por espacio de diez minutos. Algo que contrasta con el frío recibimiento del público local.
rouse cairos
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