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Argentina Argentina · santa fe
Voto de rouse cairos:
7
Romance. Drama Vacaciones. Un pueblo chato. Una calle principal, un río y un balneario, que apaciguan algo más que el calor de aquel verano de de los ‘70. Lalo y Bruno son adolescentes. Dos adolescentes haciendo nada en medio de la nada, pero en una tarde húmeda y sin pedir permiso, llega Lisa, arrasando con la monotonía del pueblo. Hasta ese momento, ni Lalo ni Bruno, habían visto nada igual. Treinta años más tarde, lejos de esa inocencia engañosa, ... [+]
17 de noviembre de 2011
17 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
No abundan en el cine argentino de la generación posterior a la década de los noventa, registros tan sutiles de la emoción, como en el caso de Paula Hernández, una realizadora que no teme al sentimentalismo y lo manifiesta de una forma intimista, sin caer jamás en la grandilocuencia. Éste es el tercer largometraje, luego de “Herencia” y “Lluvia”, con los que mantiene estas características pero sumando una sensualidad más intensa. La película posee calidez y admirable naturalidad en escenas captadas con mucha espontaneidad, incluso las dos escenas de sexo que se incluyen, sin que esto implique una salida de tono.
La historia comienza con Lalo, Bruno y Lisa siendo adolescentes, a fines de los años setenta, en Victoria, Entre Ríos. La muchacha no es del pueblo, sino que viene con sus padres (profesores universitarios exiliados de Buenos Aires) y los jóvenes amigos se enamoran de la recién llegada, lo que los lleva a una serie de descubrimientos y transformaciones que tienen lugar en el transcurso de un verano. Ese breve tiempo, bruscamente interrumpido, resulta ser tan fuerte como para que treinta años después, aquellos adolescentes quieran volver a reencontrarse.

La línea narrativa oscila entre el presente y el pasado, para anclarse finalmente en esa vuelta, explorando los cambios externos en la vida de cada uno, develando los acontecimientos que los marcaron para siempre.
Una de las escenas más recordables del film es el conocimiento del trío en una tórrida atmósfera veraniega, donde los amigos buscan refrescarse con el agua de una manguera
con la que -sin querer- mojan a Lisa, que en vez de enojarse se pone a jugar con ellos. El despertar de la sexualidad, presionado por los prejuicios, irrumpe también a borbotones, atrayendo y apartando a los protagonistas.
Los devenires de la historia se sostendrán sobre todo en el protagonismo femenino de la Lisa adulta, compuesta por Elena Roger (de enorme expresividad gestual) y su mismo personaje adolescente a cargo de Denise Groesman, cuyo desenfado verbal y actitudes recuerdan a la Inés Efrón de “XXY” (no por casualidad la película se basa en un cuento de Sergio Bizzio que guionó también la película de Lucía Puenzo).

La búsqueda de raíces en los paisajes y hechos iniciáticos de la infancia y adolescencia (algo también buscado por otras películas del cine argentino reciente como “La Tigra”, “Chaco” o “Buenos Aires 100”) encuentra en Paula Hernández al más sólido referente desde la producción profesional con sello estilístico distintivo en la composición de cada plano, los juegos de luz externa e interna, primeros planos y una banda sonora extradiegética que no redunda sino que complementa los silencios y las emociones contenidas.
rouse cairos
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