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España España · Barcelona
Voto de zoquete:
8
Drama Billy "Shiner" Simpson (Michael Caine), un ambicioso e implacable promotor de boxeo, que había llegado a ser en su juventud una gran figura dentro del mundo pugilístico, se encuentra en plena decadencia. Sin embargo, cree estar ante la gran oportunidad de su vida: se trata de apostar todo su dinero, a un solo combate, en favor de su hijo, un prometedor boxeador. (FILMAFFINITY)
19 de julio de 2005
9 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Existen películas de hace medio siglo que, aún hoy, contemplamos considerándolas de rabiosa actualidad. “Shiner” podría ser de ellas, de no ser porque se produjo el año pasado, aunque sí por la ausencia de gimnasia cinematográfica última generación tipo “Operación Swordfish” y de la previsible perdurabilidad de la cinta.

Imaginen un perdedor crónico, permanentemente rodeado de declarados miserables (ricos o no) en un ambiente barriobajero teñido por el mundo de las apuestas y el boxeo. Su hijo, en quien ha proyectado sus anhelos, en quien vuelca todas sus energías y saber, representa ahora también un billete de lotería que puede hacerle conocer la gloria, el dinero, la fama. Pero el chico cae, primero en la lona llevando así a la ruina al padre, y después abatido por un tiro de un asesino desconocido...

Ahora imagínense a Sir Michael Caine (Shiner) preguntándose qué oscura conspiración se ha tejido para hacerle añicos sus cuidadosos planes hacia la gloria, hacia su devoción por el mundo del boxeo que adora proyectado en su propia sangre. Imaginen su rabia y su firme determinación por esclarecer tan dolorosa muerte, empleando para todos los métodos aprendidos en las duras calles, por injustamente expeditivos que sean.

Con demasiada frecuencia se habla de la importancia del empeño, de la convicción para acometer una empresa en la que se cree firmemente. Esta es una buena película para reflexionar al respecto. Pónganse en la piel de papá “Shiner”, quien no escatima medios ni carácter para lograr su propósito, destripando a quienes le rodean en busca de la verdad, obviamente sin ningún tipo de corrección política. El efecto de tal determinación es una visita al dolor, desde el mazazo sufrido al presenciar la muerte de su hijo, hasta las posteriores variantes en forma de humillación, provocada y recibida, o permanente desconfianza y dureza, que incluso salpica a sus propias hijas.

Y a pesar del rotundo peso del actor para cada minuto de la película, no desmerecen sino engrandecen su trabajo el impecable plantel de secundarios, desde el contrapunto senior Martín Landau, como mentor del contrincante del hijo de “Shiner” hasta Gary Lewis, entrenador del chico, de fácil recuerdo por su presencia en la aclamada “Billy Elliot” como padre del protagonista danzarín.
zoquete
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