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Voto de Fej Delvahe:
10
8 de abril de 2014
15 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si ha habido en el universo del cine una película donde coincidan una entrañable y romántica historia de enamoramiento-noviazgo unida a unas preciosísimas canciones que la potencian y la enmarcan en un adorable halo de dulzura y oro, para mí ha sido "In ginocchio da te" de Ettore María Fizzarotti.
Se trata de un filme donde sorprendentemente se reúnen esa bendita variedad de inusuales y extraordinarias maravillas cuyos ingredientes misteriosos o divinos son capaces de constituir una obra indeleble; en este caso por ejemplo: ya la participación del gran actor secundario, Nino Taranto, el más auténtico cómico actoral de todos los que intervienen en esta y las consiguientes películas de la saga; ya la espléndida belleza de la imantadora Laura Efrikian y del vivificante Gianni Morandi puestas a la par; ya las insuperables canciones de los compositores Franco Migliacci y Bruno Zambrini, "In ginochio da te" (De rodillas ante ti) y "Non son digno di te" (No soy digno de ti), canciones compuestas para el joven cantante Gianni Morandi con las que éste alcanzó un enorme éxito en 1964, hasta tal punto que a falta de videoclips que no existían en aquella época se encargó al eficaz director Ettore M. Fizzarotti que filmara a paso ligero esta y otra película con los mismos títulos de los dos citados éxitos musicales, "In ginocchio da te" (1964) y "Non son degno di te" (1965), recreándose en ambas un relato encantador sobre una génesis de amores a partir de las letra de dichas canciones; y por supuesto, también el coincidente atractivo que se sumó a todo ello cuando resultó que los protagonistas principales, la actriz Laura Efrikian y el cantante Gianni Morandi, a la vez que interpretaban aquella embriagadora historia de música y noviazgo sentían los dos uno hacia el otro en sus propias carnes idéntica pasión amorosa, fruto de la cual fue que la realidad superó a la ficción y al poco tiempo ambos se unieron en matrimonio del que nacieron tres hijos. No hay más que comparar las emocionantes miradas, abrazos y besos que en este filme derraman entre sí Efrikian y Morandi, con los que se dan entre la misma Laura y Bobby Solo en "Una lacrima sul viso", película musical de parecida temática amorosa, rodada también ese mismo año 1964, para comprender al instante que la atracción químico-natural que hubo entre Laura y Gianni fue trascendente y la que en cambio luce filmicamente hablando entre Laura y Bobby * se nota sin ánimo, forzada y circunspecta.
Por supuesto que "In ginocchio da te" tuvo la fortuna de ser dirigida por el valioso y trabajador Ettore M. Fizzarotti, quien logró convertir una película corriente de género músical (hecha a toda prisa en base a un disco de gran éxito) en un sobresaliente hito cinematográfico del género de amores; ahora bien, para mí el verdadero milagro del filme se debe a un sol de nombre Laura Efrikian que brilla con vernáculo encanto entre las numerosas doncellas que en las pantallas de cinematografía puedan habernos iluminado, fascinado, enamorado.
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Se trata de un filme donde sorprendentemente se reúnen esa bendita variedad de inusuales y extraordinarias maravillas cuyos ingredientes misteriosos o divinos son capaces de constituir una obra indeleble; en este caso por ejemplo: ya la participación del gran actor secundario, Nino Taranto, el más auténtico cómico actoral de todos los que intervienen en esta y las consiguientes películas de la saga; ya la espléndida belleza de la imantadora Laura Efrikian y del vivificante Gianni Morandi puestas a la par; ya las insuperables canciones de los compositores Franco Migliacci y Bruno Zambrini, "In ginochio da te" (De rodillas ante ti) y "Non son digno di te" (No soy digno de ti), canciones compuestas para el joven cantante Gianni Morandi con las que éste alcanzó un enorme éxito en 1964, hasta tal punto que a falta de videoclips que no existían en aquella época se encargó al eficaz director Ettore M. Fizzarotti que filmara a paso ligero esta y otra película con los mismos títulos de los dos citados éxitos musicales, "In ginocchio da te" (1964) y "Non son degno di te" (1965), recreándose en ambas un relato encantador sobre una génesis de amores a partir de las letra de dichas canciones; y por supuesto, también el coincidente atractivo que se sumó a todo ello cuando resultó que los protagonistas principales, la actriz Laura Efrikian y el cantante Gianni Morandi, a la vez que interpretaban aquella embriagadora historia de música y noviazgo sentían los dos uno hacia el otro en sus propias carnes idéntica pasión amorosa, fruto de la cual fue que la realidad superó a la ficción y al poco tiempo ambos se unieron en matrimonio del que nacieron tres hijos. No hay más que comparar las emocionantes miradas, abrazos y besos que en este filme derraman entre sí Efrikian y Morandi, con los que se dan entre la misma Laura y Bobby Solo en "Una lacrima sul viso", película musical de parecida temática amorosa, rodada también ese mismo año 1964, para comprender al instante que la atracción químico-natural que hubo entre Laura y Gianni fue trascendente y la que en cambio luce filmicamente hablando entre Laura y Bobby * se nota sin ánimo, forzada y circunspecta.
Por supuesto que "In ginocchio da te" tuvo la fortuna de ser dirigida por el valioso y trabajador Ettore M. Fizzarotti, quien logró convertir una película corriente de género músical (hecha a toda prisa en base a un disco de gran éxito) en un sobresaliente hito cinematográfico del género de amores; ahora bien, para mí el verdadero milagro del filme se debe a un sol de nombre Laura Efrikian que brilla con vernáculo encanto entre las numerosas doncellas que en las pantallas de cinematografía puedan habernos iluminado, fascinado, enamorado.
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SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
* Ahí está esa escena memorable del final donde mientras suena la atrayente canción "In ginocchio da te", Carla (Laura Efrikian) sale veloz de su casa, coge un taxi, luego una bicicleta y acaba corriendo desbordadamente por las calles de Nápoles al encuentro de aquél que ama con verdadero embeleso, Gianni Morandi, quien a su vez también sale del lugar de actuación donde cantaba y corre hacia el lugar donde intuye que hallará a su amada, la Fuente de los Enamorados, delante de la cual los dos se lanzan al más deseado abrazo y a darse uno de los besos más felices, reales y eternos del que la cinematografía haya podido ser testigo.
Añadir que Laura Efrikian, rebosante de gracia, magnetismo y sublimidad en toda su filmografía de juventud, ha sido una de las actrices más sugestivas que a mí me han llegado al corazón, que más me han prendado; sentí como si a mí mismo me sucediese cuando, luego de casarse con Gianni Moradi, quedó opacada por la fama y el carisma sensacional de este lindo trovador: de manera que lo mismo que fue cierto el inmenso amor que los unió, también lo fue que tal inmensidad se vino abajo tras más o menos unos catorce años de matrimonio donde ella se fue quedando relegada a simple mujer de Gianni Morandi. Curiosamente ambos protagonizaron un anuncio televisivo, grabado junto a sus hijos como una familia feliz, en pro de la NO derogación de la ley del divorcio en el referendum que tuvo lugar en 1974, obteniendo el triunfo pues el NO se alzó vencedor y la ley del divorcio siguió siendo legal en Italia, pero al final de esa década acabaría alcanzándole a ellos mismos la ruptura matrimonial, es decir, el reflejo de ese espejo o ley divorciadora donde se habían mirado.
Hoy en día Laura es una serena dama de aproximadamente 74 años (nació en Italia el 14 de junio de 1940 en el seno de una familia de origen armenio), conserva en gran medida su acogedor semblante, quizás fruto del gran amor que experimentó durante casi tres lustros: amor con las características de los amores cumbre, de esos que muy pocos seres humanos viven aquí, de los que merecen la pena plasmarse en imágenes fílmicas (como consigue la presente película de forma sublime) o por escrito como yo en pocas palabras he intentado en estos párrafos, o incluso en transmisión oral de humanos a humanos.
Quisiera seguir ensalzando a la deslumbrante e imantadora Laura Efrikian, pero como no es posible en este breve espacio les recomiendo dos libros autobiográficos que ella escribió y se publicaron recientemente: «Come l'olmo e l'edera» (2011) y «La vita non ha eta'» (2012).
Fej Delvahe
Añadir que Laura Efrikian, rebosante de gracia, magnetismo y sublimidad en toda su filmografía de juventud, ha sido una de las actrices más sugestivas que a mí me han llegado al corazón, que más me han prendado; sentí como si a mí mismo me sucediese cuando, luego de casarse con Gianni Moradi, quedó opacada por la fama y el carisma sensacional de este lindo trovador: de manera que lo mismo que fue cierto el inmenso amor que los unió, también lo fue que tal inmensidad se vino abajo tras más o menos unos catorce años de matrimonio donde ella se fue quedando relegada a simple mujer de Gianni Morandi. Curiosamente ambos protagonizaron un anuncio televisivo, grabado junto a sus hijos como una familia feliz, en pro de la NO derogación de la ley del divorcio en el referendum que tuvo lugar en 1974, obteniendo el triunfo pues el NO se alzó vencedor y la ley del divorcio siguió siendo legal en Italia, pero al final de esa década acabaría alcanzándole a ellos mismos la ruptura matrimonial, es decir, el reflejo de ese espejo o ley divorciadora donde se habían mirado.
Hoy en día Laura es una serena dama de aproximadamente 74 años (nació en Italia el 14 de junio de 1940 en el seno de una familia de origen armenio), conserva en gran medida su acogedor semblante, quizás fruto del gran amor que experimentó durante casi tres lustros: amor con las características de los amores cumbre, de esos que muy pocos seres humanos viven aquí, de los que merecen la pena plasmarse en imágenes fílmicas (como consigue la presente película de forma sublime) o por escrito como yo en pocas palabras he intentado en estos párrafos, o incluso en transmisión oral de humanos a humanos.
Quisiera seguir ensalzando a la deslumbrante e imantadora Laura Efrikian, pero como no es posible en este breve espacio les recomiendo dos libros autobiográficos que ella escribió y se publicaron recientemente: «Come l'olmo e l'edera» (2011) y «La vita non ha eta'» (2012).
Fej Delvahe