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Voto de Fej Delvahe:
8
6,3
973
Drama
Luna y Amar son una joven pareja muy unida que intenta superar los obstáculos que surgen en su relación: el alcoholismo de él, la obsesión de ella por ser madre, las dificultades económicas y dos maneras distintas de entender la religión. Tras ser despedido del trabajo por su adicción a la bebida, Amar acepta un trabajo en una comunidad musulmana fundamentalista, bastante alejada de Sarajevo. Pasado cierto tiempo, Luna consigue ir a ... [+]
16 de febrero de 2011
19 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
He aquí una película de un país europeo de cultura musulmana, Bosnia-Herzegovina (el 90% de los bosnios son musulmanes), aunque sean los únicos musulmanes del mundo que toman aguardiente, es decir alcohol. Es obvio, que la idiosincrasia de ser europeo hasta para los bosnios, al menos en líneas generales, le da en la praxis de su islamismo un cierto grado de flexibilidad mental y de libertad frente a las normas religiosas.
Además la directora, Jasmila Zbanic, evidencia lo dicho, su eminente seña de identidad europea a pesar de que pertenezca a un pueblo, comunidad y familia de tradición musulmana. Porque sólo así se entiende esta valiente y crítica película hacia su propia religión o religión de sus orígenes, el islamismo, en cuanto rigorista, fundamentalista y contrario a los valores liberales.
Jasmila Zbanic, hace algo que tiene mucho mérito y que se echa en falta en los países islámicos: practicar la autocrítica y poner a prueba los valores morales recogidos en el Corán. Esto es de una enorme valentía, sabiendo como se las gastan los intransigentes de esta religión. Además, los quince millones de musulmanes que viven en Occidente, están en mejores condiciones (ya que se les reconocen sus derechos humanos y libertades, entre ellas la de opinión) que el resto de los islamistas en el resto del planeta, para atreverse a ser autocríticos dentro de su propia religión.
Como bien dice la intelectual, política y ex musulmana somalí, de nacionalidad holandesa, Ayaan Hirsi Ali, amenazada de muerte por los islamistas violentos que son acogidos en Europa: "Hay abundantes y concluyentes pruebas de que el islam en su esencia es incompatible con el valor que Occidente concede al término 'libre', y sobre todo, a la libertad de expresión. (...) Los musulmanes, al declarar infalible a Mahoma, que reguló todos los aspectos de la vida, han hipotecado su libertad de pensar."
Con películas como ésta y personas que se atreven a poner en cuestión muchos de los anacronismos del islam, cosa que hace Jasmila Zbanic, los musulmanes occidentales progresistas pueden ir quebrando el fanatismo que el islam aloja en su seno. Esta tarea, que muchas veces echamos en falta en los musulmanes autóctonos europeos, la lleva a cabo con esta película y de forma muy valiente la nombrada directora. Lo cual, repito, es de admirar, alabar y aplaudir, pues son pocos los intelectuales dentro de la comunidad islámica que se atreven a ello. Sin duda, debe alentarse y protegerse, dentro del islam europeo, a todo aquel que sea capaz de hacer autocrítica de su religión. Al igual que dentro del cristianismo la autocrítica lleva haciéndose desde hace siglos y en consecuencia ha habido una obvia evolución que ha beneficiado en primer lugar a los cristianos, también algo así sería medicinal y salvífico en el interior del islamismo.
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Además la directora, Jasmila Zbanic, evidencia lo dicho, su eminente seña de identidad europea a pesar de que pertenezca a un pueblo, comunidad y familia de tradición musulmana. Porque sólo así se entiende esta valiente y crítica película hacia su propia religión o religión de sus orígenes, el islamismo, en cuanto rigorista, fundamentalista y contrario a los valores liberales.
Jasmila Zbanic, hace algo que tiene mucho mérito y que se echa en falta en los países islámicos: practicar la autocrítica y poner a prueba los valores morales recogidos en el Corán. Esto es de una enorme valentía, sabiendo como se las gastan los intransigentes de esta religión. Además, los quince millones de musulmanes que viven en Occidente, están en mejores condiciones (ya que se les reconocen sus derechos humanos y libertades, entre ellas la de opinión) que el resto de los islamistas en el resto del planeta, para atreverse a ser autocríticos dentro de su propia religión.
Como bien dice la intelectual, política y ex musulmana somalí, de nacionalidad holandesa, Ayaan Hirsi Ali, amenazada de muerte por los islamistas violentos que son acogidos en Europa: "Hay abundantes y concluyentes pruebas de que el islam en su esencia es incompatible con el valor que Occidente concede al término 'libre', y sobre todo, a la libertad de expresión. (...) Los musulmanes, al declarar infalible a Mahoma, que reguló todos los aspectos de la vida, han hipotecado su libertad de pensar."
Con películas como ésta y personas que se atreven a poner en cuestión muchos de los anacronismos del islam, cosa que hace Jasmila Zbanic, los musulmanes occidentales progresistas pueden ir quebrando el fanatismo que el islam aloja en su seno. Esta tarea, que muchas veces echamos en falta en los musulmanes autóctonos europeos, la lleva a cabo con esta película y de forma muy valiente la nombrada directora. Lo cual, repito, es de admirar, alabar y aplaudir, pues son pocos los intelectuales dentro de la comunidad islámica que se atreven a ello. Sin duda, debe alentarse y protegerse, dentro del islam europeo, a todo aquel que sea capaz de hacer autocrítica de su religión. Al igual que dentro del cristianismo la autocrítica lleva haciéndose desde hace siglos y en consecuencia ha habido una obvia evolución que ha beneficiado en primer lugar a los cristianos, también algo así sería medicinal y salvífico en el interior del islamismo.
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SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Magnífica y sobrecogedora esa escena en el interior de una mezquita de Sarajevo, donde se desarrolla una boda islámica y sólo los hombres invitados o asistentes al acto, están en los primeros puestos junto a la pareja contrayente, mientras que las mujeres permaneces todas uniformadas en un fondo, detrás, apartadas a un margen desde el cual ni siquiera pueden observar el acontecimiento, sólo oír, el ritual matrimonial. Entonces entra la protagonista y se acerca a ver, y es penoso comprobar que son las propias mujeres musulmanas, las que escandalizadas por su osadía le hacen ademanes de que no avance, de que se agache, de que no vaya hacia adelante, de que permanezca como ellas, relegada atrás, como una ovejita sumisa, sin derecho siquiera a vestir con la libertad de los hombres, a ocupar un mismo banco o mesa con ellos y mucho menos a ponerse a su altura. Tremenda escena, pero todo un indicativo de lo que esta película cuenta, critica y tiene el valor de airear.
¡Muchos musulmanes demuestran una gran hipocresía al gustarle Occidente en su sentido material, pero en cambio lo desprecian en sus valores liberales! Si emigran hasta nosotros por lo primero y se niegan a impregnarse de los segundos, ¿no están pasándose de listos y tomándonos por imbéciles?
Fej Delvahe
¡Muchos musulmanes demuestran una gran hipocresía al gustarle Occidente en su sentido material, pero en cambio lo desprecian en sus valores liberales! Si emigran hasta nosotros por lo primero y se niegan a impregnarse de los segundos, ¿no están pasándose de listos y tomándonos por imbéciles?
Fej Delvahe