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San Marino San Marino · Ladera del Monte Titano
Voto de Fej Delvahe:
9
Drama Después de tres años, tres meses y tres días de reclusión voluntaria en una ermita perdida en la región del Ladakh en el Himalaya, Thasi emerge de un trance profundo. De vuelta en el monasterio budista donde vivió desde los cinco años, el joven va recuperando poco a poco sus fuerzas vitales. Pero el regreso trae resultados inesperados. Fuera de los rigores de una vida entregada al desarrollo espiritual, Thasi empieza a experimentar el ... [+]
17 de octubre de 2014
29 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
La temática de fondo en esta película es religiosa, en concreto sobre el budismo tibetano, aunque por supuesto los puntos doctrinales que aborda proceden de los Upanisads, textos religiosos anónimos escritos en la India por maestros brahmanes aproximadamente a partir del VII-VI a.C. y siglos siguientes. Los Upanisads han sido las bases textuales del budismo y de su doctrina, y como puede constatarse en el presente filme de Pan Nalin tratan de temas religiosos tales como la transmigración del alma, el Karma o ley cósmica reguladora del Saṃsāra, el ciclo de nacimiento, vida, muerte y renacimiento (ciclo de las reencarnaciones), así como de las técnicas auxiliadoras para liberarse de ese proceso o Samsāra, además del entrenamiento mental asociado al yoga, la autonegación, la mortificación ascética y la renuncia a la riqueza, al sexo y a la vida familiar.

El protagonista de esta delicada y amorosa película es un joven monje budista que desde los cinco años no conoce más paradigma vital que el que le han proporcionado en el monasterio budista donde lo dejó su padre. Mas un día que visita una aldea se cruza con una joven mujer de su edad y se le revolucionan en su interior todas las mitocondrias celulares. Entonces, ante la fortísima atracción de la carne, le plantea a su viejo maestro espiriritual que si el fundador del budismo, el príncipe Sidhartha, conoció la ligazón a una mujer, al sexo, etc., por qué él no puede conocer todo eso también, experimentar qué se siente, porque «hay cosas que debemos poseer para poder renunciar a ellas» y si Budha las conoció y renunció a ellas, él también quiere conocerlas, poseerlas, y una vez conocidas y poseídas tener la opción de renunciar o no a las mismas.

El argumento central de este cautivador y encantador filme es por consiguiente: «¿Qué es más importante, satisfacer un millar de deseos o conquistar solo uno?» Pero, cosa grandiosa y esplendorosa, al contrario de lo que suele ocurrir siempre cuando se nos narra la historia de un hombre excelente, de un santo o referente espiritual, que nos olvidamos de su correspondiente «Yashodhara» o seres queridos que dependían de él, en esta película tanto al protagonista como a quienes nos conmovemos por abandonarlo todo e ir en busca del núcleo interno y universal del ser, se nos confrontará en un momento dado con el examen de no solo mirar hacia nuestro adentro profundo sino también hacia el exterior más familiar o dependiente que nos rodea: «¿Quién conoce o se acuerda de ese nombre, Yashodhara? Todo el mundo conoce los nombres de Sidhartha, Gautama, Sakyamuni, Budha, pero qué de ¿Yashodhara?, la amorosa y digna mujer que estaba casada con el príncipe Sidhartha, la esposa de aquél buscador de trascendencia y del sentido de la vida que por centrarse en sí mismo la abandonó sin ni siquiera despedirse de ella ni de su hijo Rahul.» Y he ahí ¡cuánto se agradece de manera extraordinaria! al realizador de este filme, por introducir este quid de la cuestión casi siempre desatendido y en este caso excelentemente tratado y filmado.

¡Es un gozo, un auténtica bendición o «Namaste», ver esta película!

Fej Delvahe
Fej Delvahe
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