Un buen amigo me advirtió sobre las películas de Tony Scott y me soltó una frase de esas lapidarias: "No es lo que cuenta, sinó cómo lo cuenta".
A mí me parece perfecto, pero yo me pregunto: ¿son necesarios 146 minutos para contar lo que quiere contar Tony Scott en este film? Porque la trama es más simple que un tostada con mantequilla. ¿¿Y porqué nos marea tanto con los planos cortos y los giros de cámara?? Tuve suerte de no acabar con epilepsia crónica... Vaya, que he podido comprobar el porqué de esa reputación de Scott de director "videoclipero".
Y no digo que las actuaciones sean malas (Washington está creíble y la Fanning es un sol de primavera), ni que la peli no sea entretenida, pero sin duda, con un metraje más adecuado a lo que nos cuentan, la cosa hubiera subido un poco más.