“The Evil Dead” o “Posesión Infernal” es un claro ejemplo de que no es necesario todo el dinero de Hollywood para hacer una de las mejores películas de terror de la historia. Y todo gracias a Sam Raimi, un genio venido a menos últimamente que con un mísero presupuesto creó en su primera película como director una de las obras maestras del terror, el inicio de una saga mítica en el género. Un film terrorífico, sin normas, salvaje, grotesco, lleno de brutalidades y con sangre por todas partes.

Con una trama tan simple, Sam Raimi dirigió uno de los mejores clásicos del terror de los ochenta. Se trata de una filmación independiente mítica dentro de la serie B. Raimi realizó, en la que era su primera película, una de las mejores direcciones que se recuerden en el género en toda la historia, con un uso legendario de la steadycam que tanto se usa hoy en día pero que por aquella época era un innovación descomunal desde “El Resplandor” de Kubrick. La dirección, de sobresaliente.

La imaginación de un Raimi debutante hizo que también escribiera un guión que no es un derroche de originalidad, pero que tiene un poder de atracción increíble y un desarrollo más o menos apropiado, lleno de travelings y con un ritmo frenético.

Las interpretaciones tampoco son nada fuera de lo común, pero de aquí salió uno de los personajes más populares del mundo del cine de lo fantástico: Ash, interpretado magistralmente por Bruce Campbell, uno de los actores que mejores recuerdos traen de los ochenta. Un auténtico icono de la época, que protagonizaría las dos siguientes entregas de la saga, creando a un personaje absolutamente entrañable para los siguientes años. Y también podemos agradecer las actuaciones de los sufridos Hal Delrich, Betsy Baker, Ellen Sandweys y Sarah York.

El punto fuerte de “The Evil Dead” es la manera en la que se utiliza el terror “más expresivo”, o lo que es lo mismo, la sangre, una de las más brutales que se han visto en el gore: cabezas cortadas, miembros cercenados, cuerpos atravesados, perpetraciones, mutilaciones varias… Sangre a borbotones, sí, y de manera descontrolada. Excelentes efectos artesanales para la época y maquillajes caseros muy efectivos. Inolvidable uso de la sangre y el gore.

Sin duda, los sustos y momentos de terror que tiene este film son irrepetibles. Escenas terroríficas que se cuelan en los puestos más altos de la historia del cine del horror. Es un film en el que tienen el mismo peso tanto la sangre y el gore como el miedo puro. Una película aterradora.

Otro grandísimo punto a favor es la insuperable tensión de los bosques y de la casa, magistralmente ambientados y con usos de la cámara fabulosos. Esa antigua cabaña en medio de las montañas, perdida entre los misteriosos bosques, con ese sótano terrorífico... Es uno de los escenarios que más recordaré en una película de terror de toda la historia.

El film tiene una fotografía decente, un buen trabajo de sonido y una banda sonora correcta. La película cuenta con un grandísimo humor negro, como demuestra la escena de los árboles atacando a Cheryl en el bosque o la posesión de la novia de Ash, Linda. Y el final es de lo que más me gustó de todo el conjunto. Imprevisible, violento y con mucha sangre.

¿Qué tiene de malo el film? Está claro que si la película hubiera sido más seria, hubiera obtenido mucho más éxito, tanto de crítica como de público. "Evil Dead" creó una gran legión de seguidores, como somos nosotros, amantes del cine de terror de serie B, la sangre y el horror de Raimi, pero para el espectador medio…

Por otra parte, la trama tiene momentos que dejan que desear, por incoherentes, el desarrollo no es del todo creíble y la historia puede llegar a parecer incluso incompleta. No obstante, son fallos muy puntuales.

Recordemos que estamos ante una obra mestra de la serie B pura y dura, con efectos baratísimos que recordarán mucho a “Braindead”, otro clásico gore de culto infravalorado que se estrenaría años después. Y son dos de las películas más sangrientas de la historia, con permiso de la mayoría de las obras del género gore de los años 60, encabezadas por “Blood Feast” y “2000 Maniacs!”.

Sam Raimi encontró la fórmula del éxito en el terror en una historia absurda, en un guión alocado y en unos personajes memorables, aderezándolo todo con un uso de la cámara legendario, un sentido del humor cínico a más no poder, sustos inteligentes y sangre a chorros. Y sin apenas presupuesto. Personalmente, es una película que me marcó y posiblemente sea la que más pesadillas me causó cuando la vi en mi infancia.

“The Evil Dead” es un clásico de terror de obligada visión, el inicio de una de las sagas más populares de la historia y la aparición de dos grandes iconos del horror: Ash y el Necronomicón. A pesar de su relativa “cutrez” vista hoy en día, hay que recordar que es una de las películas de terror independientes más importantes de la historia, junto con “La Matanza de Texas” y “The Blair Witch Project”.

Lo mejor: La dirección de Raimi, los personajes y en especial el de Bruce Campbell, los momentos terroríficos, el magnífico gore, los maquillajes, la ambientación de la cabaña y los bosques, la steadycam, el mítico Necronomicón…

Lo peor: No se toma muy en serio a sí misma. Los reconocimientos le llegaron mucho después de su estreno. Y es una de las películas de terror más infravaloradas en los últimos años, a mi parecer.

PUNTUACIÓN: 9.