Al contrario que algunos de mis amigos nunca fui muy fan de los spaghetti western, así que afronté el visionado de esta película sin muchas expectativas y con la perspectiva de no acabarla sabiendo que duraba nada más que cuatro horas.

Tras media hora de tedio y mirada melancólica de Robert de Niro nunca esperé yo que ésta iba a ser una de mis películas favoritas y mi rendición total para lo que fue en su día un pedazo de actor y se prostituye como algunos otros tras una gloriosa carrera.

Cuatro horas de peli y que quieres que sigan otras cuatro, pues se me puso la piel de gallina en varias ocasiones, nombramiento especial para una de las violaciones que más mal cuerpo me dejó de la historia del cine, no por lo que se muestra en ella sino por su significancia.

IMPRESCINDIBLE