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España España · Barcelona
Voto de reporter:
4
Thriller. Terror Tras quedarse huérfana, Julia es acogida por Laura y Daniel, un amigo de la infancia de su padre. La presencia de la niña hace que Daniel se sienta cada vez más desplazado. Su malestar aumenta cuando la conducta de Julia adquiere un carácter amenazador, que le trae a la memoria un pasado terrorífico que había decidido enterrar. (FILMAFFINITY)
9 de marzo de 2012
28 de 44 usuarios han encontrado esta crítica útil
Éramos unos críos y no sabíamos nada de la vida real, pero en el colegio, cuando se acercaba fin de mes, todos nos echábamos a temblar. ¿Había llegado la hora de pagar las facturas? Mucho peor, había llegado la hora de enfrentarse al boletín de notas que a la larga determinaría el sabor de las lágrimas (de alegría o de miedo frente a la más que posible bronca de los padres) vertidas una vez concluida la evaluación trimestral. Era el momento de empezar a preparar la defensa ante lo que sin lugar a dudas sería el enésimo capítulo de la mala apreciación de nuestro trabajo por parte del profesorado. Si quedaba tiempo, nunca estaba de más sacar la calculadora y empezar a planificar el mes siguiente, para mantener el buen nivel... o para intentar a toda costa remontar el vuelo.

En estas tareas de anticipación del futuro jugaban siempre un papel crucial un tipo de ejercicios que si sabían interpretarse correctamente, podían resultar de una gran ayuda. Los dictados, medidores por excelencia de la ortografía (uno de los eternos enemigos naturales de la juventud, mucho más ahora con internet y los móviles completamente instaurados en nuestras vidas), eran vistos con terror por la amplia mayoría de alumnos, pero en realidad podían ser uno de los mejores aliados de cara a conseguir el más que preciado aprobado a final de mes. Nos referimos por supuesto a los dictados que venían con la coletilla ''preparado'', aquellos en los que el buen estudiante, al igual que cualquier loro, se podía limitar a vomitar un texto aprendido y esperar a cambio una apetitosa recompensa.

Es como si el profesor de matemáticas nos anunciara que al día siguiente nos preguntaría cuál es la raíz cuadrada de nueve. ¿Sería necesario entender cómo funciona esta compleja operación? Para nada, simplemente se tendría que poner buena cara y decir bien alto: ''¡Más/menos tres!'' Del mismo modo, en el dictado preparado, cuando se escribía ''paisaje'', no era necesario saberse la regla de la terminación ''-aje'', solo se requería tener buena memoria y transcribir lo que ésta nos dijera. Punto final, y un bienvenido excelente en nuestro casillero. Como cuando un club de Champions recibe la visita de un equipo en zona de descenso: un triunfo casi asegurado -una vez más- a no ser que el control nos pillara por sorpresa.

Sorpresa y mucho desconcierto es el que se mostró en la 62ª Berlinale tras la presentación en sociedad de 'Dictado', único -e incomprensible- representante español en la pugna por el Oso de Oro. Tras el bochorno del visionado y una digestión ciertamente peleona, el cantadísimo pronóstico de que nuestro único representante no iba a comerse un rosco en tierras alemanas, dio paso a una conclusión: al irregular director Antonio Chavarrías (errático en sus inicios y más sólido en sus últimas películas) se le traba la lengua en el cine de género. Una lástima, sobre todo teniendo en cuenta el actual y más que bienvenido buen gusto por este tipo de cine en nuestro territorio.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
reporter
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