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España España · Barcelona
Voto de reporter:
4
Drama. Romance Suzanne, que ya ha cumplido los cuarenta, está casada con un médico, tiene dos hijos adolescentes y vive cómodamente en el sur de Francia. Cansada de vivir sin trabajar, decide volver a ejercer como fisioterapeuta y abre una consulta. Durante las obras, conoce a Iván, el encargado, un obrero español que hasta entonces había vivido de apaños e incluso había estado en la cárcel. Inmediatamente, se sienten violentamente atraídos el uno por ... [+]
9 de noviembre de 2009
21 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cornudo maridito francés ofrece estabilidad económica, un techo, muchas joyas, y emocionantes cenas con los suegros. En cambio el obrero gordinflón catalán es el peligro personificado (claro, estuvo en el talego), pero es atento, cariñoso, y ofrece pasión... y mucha carne que agarrar. La directora Catherine Corsini plantea en ‘Partir’ la enésima historia sobre amores imposibles, alimentados por la eterna atracción a lo prohibido. Está claro que Iván encarna una amalgama de factores cuyo simple acercamiento implica romper con numerosas convenciones sociales (a día de hoy, algunas bastante más superadas que otras).

Así, el personaje interpretado por el políglota e incombustible Sergi López -la friolera de cinco películas lleva estrenadas este año- implica relacionarse con lo desconocido, por representar la parejita a dos clases y naciones diferentes; coquetear con el riesgo por el pasado truculento de uno de ellos; romper con los cánones más arraigados de las estructuras familiares convencionales; irritar al imbécil del marido no sólo por ponerle los cuernos, sino por hacerlo con un energúmeno sustancialmente inferior a él (siempre según el punto del cabeza de familia, claro está). Añádanle alguna escena de amor carnal desenfrenado y el morbo está servido. Este es el principal motor que hace avanzar la historia.

Esto y el supuestamente atractivo punto de partida, que, después de un trágico evento, plantea toda la historia a modo de flashback. Así pues, la gracia está en ver cómo se ha llegado a esa situación. Pero lo cierto es que poco a poco estos presuntos incentivos van quedando aparcados. La razón es muy simple. Una película de estas características, que sigue íntegramente los andares de la susodicha adúltera, necesita por definición un personaje carismático, o que por lo menos consiga que el público conecte con él. No es el caso de Suzanne (y aún gracias que está Kristin Scott Thomas para darle vida), una mujer extremadamente irritante cuyas motivaciones son comprensibles y compartibles, pero no lo es tanto su manera de expresarlas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
reporter
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