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Voto de Martes Carnaval:
6
Romance. Comedia. Drama Viendo a Jack (Mark Duplass) tan abatido por la muerte de su hermano Tom, Iris (Emily Blunt) le da las llaves de una cabaña situada en una isla lejana, con la esperanza de que la soledad apacigüe su dolor; pero resulta que la casita ya está ocupada por Hannah (Rosemarie DeWitt), la hermana de Iris, que también se ha refugiado allí para olvidar sus penas: a Hannah la ha dejado su novia Pam después de estar juntas durante siete años. Al ... [+]
1 de septiembre de 2012
45 de 58 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película minimalista con encanto, que no mata, pero entona.

El cine es una planta delicada, que puede malograrse por falta de atenciones diversas: por la endeblez de la historia, por haber estirado o encogido el argumento más de lo debido, por no haber acertado en el tratamiento del relato, por no haber encontrado el ritmo, por haber elegido a intérpretes inadecuados, por no haber cuidado los detalles, por intentar ser demasiado ambicioso o renunciar a serlo mínimamente… Hecho balance, le damos a esta película un aprobado holgado.

Su razón de ser: el paisaje y el paisanaje.

1 ) El paisaje.

Las vistas son preciosas. Creo que hasta los más recalcitrantes "urbanitas" pueden llegar a sentir el deseo de ser teletransportados allí… al menos, por unas horas. Hay que agradecérselo al encargado de la fotografía, Benjamin Kasulke, verdadero "homo cinematograficus", como avala su trayectoria: profesor en el Northwest Film Forum de Seattle, archivero de The Image Treasury, programador del Festival de Raindance en Londres, proyeccionista de la Olympia Film Society...

2 ) El paisanaje.

Las interpretaciones son extraordinarias. En el triángulo de circunstancias que se produce, y que es la esencia de la película, tanto Emily Blunt, como Rosemarie DeWitt, como Mark Duplass, rayan a gran altura dramática. Las dos intérpretes femeninas tienen, además, un gran atractivo personal. Facilita el resultado una metodología de "corta y pega" de diálogos más o menos improvisados, deudora del cine independiente (o mejor, del cine indigente). Para mí la mejor escena es la de la ingesta etílica compartida o curda a dos, que tiene un desarrollo rayano en la perfección en cuanto a diálogos y evolución de la situación, mérito del montaje. Ya casi por esa escena la película merecería verse porque es muy difícil alcanzar tanto realismo en el diseño de una ocasión así, que muchos hemos vivido: la relajación, el bienestar, la euforia y la audacia que paulatinamente va proporcionando el alcohol en ambiente distendido y grata compañía.

Por contra, la película es mezquina con la trama. Hay poca trama y la que hay no me convence del todo En mi opinión, el núcleo duro de la misma peca —aunque venialmente— de inverosímil y, también, de forzado, para poder decir que al final pasa algo. Ese final, por otra parte, tiene un poco de chulería, de "ahí queda eso", de "ya os he dado bastante, no os quejaréis", de "qué más da que ocurra una cosa u otra, si el mérito de la película va por otro lado". Pues no, si la película se apoya en un desenlace y el desenlace se sustrae al espectador, éste tiene derecho a sentirse moderadamente burlado.

Para terminar, la formulación de un deseo: que siga la colaboración de la Directora Lynn Shelton, con los hermanos Duplass, como promotores e ideólogos de cine —y en el caso de Mark, como actor con recursos—. Si es así, les auguro que escribirán páginas brillantes en el mamotreto de la “Historia del Cine". ¡Ah! y que no se olviden de contratar a Kasulke como Director de Fotografía.
Martes Carnaval
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