Las chicas de oro están unidas en mi recuerdo a los mejores momentos vividos. Con ellas gocé, me reí, llegando a soñar con esas cuatro deliciosas mujeres que se resistían a dejar de ser chicas.

Esta crítica la hago desde el corazón, aquí no rige la cabeza, no podría hablar de sus fallos, y sé que existen, porque mi cariño es tan grande que no lograría objetividad.

La mejor serie de humor de todos los tiempos jamás regresará con nuevos episodios, y la melancolía que eso me produce no compensa los buenos momentos que me hicieron pasar.

Conservo episodios grabados en aquellas viejas cintas de VHS, algunas las he transferido a DVD porque para mí son auténticos recuerdos familiares...

Adios chicas, nunca os olvidaré.