Un estupendo drama coreano donde el dolor y la tristeza están presentes en una historia desgarradora de una pareja que acaban de perder un hijo. El guionista y director novel Shin Dong-Seok, nos presenta un guion duro al que no le faltaran sorpresas.

Sin ser un melodrama lacrimógeno, la película avanza con cierto tono de suspense sobre la muerte del hijo de este matrimonio, que intento salvar la vida de otro chico mientras se ahogaba en un río cercano, pereciendo en el intento.

Comienza una particular amistad entre los padres y el niño al que salvo la vida su hijo, ya que este está en una posición familiar muy complicada, así que deciden darle trabajo en su empresa y enseñarle el oficio, después de un tiempo el joven Kihyun decide contar la verdad de lo que ocurrió realmente. A media película es cuando da un tremendo giro convirtiéndose en otra historia muy diferente.

Con un ritmo muy ágil el film toca también el tema del acoso escolar y esa carga violenta que pueden llevar los niños en su interior. Los tres actores principales le dan un toque de realismo muy conseguido a la historia, hasta esa conclusión final que resulta imprevisible pero bastante acertada. 
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