Miniserie serie inglesa de solo 4 capítulos producida por BBC y vendida a Netflix, con Carey Mulligan interpretando a una detective de policía que investiga un caso de un chaval árabe repartidor de pizzas muerto por disparos. El trabajo de Mulligan es sobresaliente y bastante creíble pero la serie consta de un guión bastante flojo que  empieza muy bien en el primer episodio pero se va perdiendo con el avance de los demas capitulos.

Una pena porque tiene una buena producción y trata un tema candente con una idea muy buena pero totalmente desaprovechada. David Hare escribe su primera miniserie y nos pone en bandeja la política, terrorismo, inmigración, tráfico de personas o incluso el acoso sexual todo un cóctel de intriga dramática pero con un desarrollo poco afortunado.

S.J Carlson dirige los cuatro episodios con una gran experiencia en series como Jessica Jones, The Defenders, Orange is New Black o Dexter así que sabe mostrarnos una buena visión de Gran Bretaña, pero no sabe evitar que siendo la serie tan corta resulte incluso lenta.
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