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Mongolia Mongolia · Escala de Richter
Voto de Eric Packer:
7
Romance. Drama La historia tiene lugar en el siglo XIX y explora las relaciones entre los miembros de la alta sociedad rusa. Ana Karenina, una mujer de la alta sociedad que se enamora del joven y apuesto oficial Vronski, abandona a su esposo y a su hijo para seguir a su amante. Nueva adaptación de la novela de León Tostói. (FILMAFFINITY)
13 de enero de 2013
15 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Excelentes la dirección de arte, el vestuario, la fotografía y la banda sonora de Dario Marianelli, la "innovación" y el mayor pero que le han puesto a esta reinterpretación de Anna Karenina hecha por Wright es el emplear el recurso de la puesta teatral que obviamente es para darnos a entender que la sociedad rusa de entonces era falsa, una representación que no permitía a los individuos ser reales sino actores en función de los parámetros de lo que se consideraba correcto, se me hace un buen detalle de Wright incorporarlo y es justificable. En cuanto a las actuaciones todas se ven fuera de tono, exageradas (quizás la menos sea la de Jude Law como el abnegado Karenin) igual y así son a propósito por lo mismo de la teatralidad, pero pues son too much a mi parecer. La historia pues ya todos la conocemos, o al menos yo sí y aquí no hay una real indagación psicológica de personajes que nos convenza de que tengan vida propia sino que a todo momento parecen títeres manejados por la línea argumental, todo se quiere dar a entender de manera muy sintética a través de los escenarios claustrofóbicos o por cambios bruscos, rápidos de edición: el trastorno por celotipia de Anna Karenina pasa casi desapercibido y ni se entiende muy bien sino hasta ya muy avanzada la trama. No obstante, la escena del baile así como la de la carrera de caballos son muy originales, hipnóticas, la vuelven casi notable a esta versión, que debido a una coreografía claramente perceptible por ratos tiene la apariencia de un musical, de Anna Karenina pero... ah, que feas caras pone Keira Knightley cuando ríe o llora y el Vronsky de Aaron Johnson es por momentos feminoide y se parece a Miley Cyrus con bigote jajaja. Pero con todo y esto, además de su duración, es una buena película, preciosista, sobre todo. En un año en el que se han estrenado varias películas en las que se nos intenta recrear-romantizar el pasado para entender el presente ya sea en adaptaciones libres de obras literarias (Les Misérables) o de hechos auténticos (Lincoln, por ejemplo) es posible que esta sea la que lo haya conseguido de la manera menos aburrida. No hay porqué desdeñarla tanto.
Eric Packer
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