Nueva película televisiva basada en hechos reales que nos adentra en un mundo de mentiras y rupturas familiares. Es decir, lo mismo de siempre.
El guión no sorprende en nada, y uno constantemente va por delante de la historia sin mostrar el más mínimo interés por lo que vaya a suceder a continuación.
Uno ve como una familia aparentemente perfecta sufre un hecho trágico que hace que salga a la luz una serie de mentiras que derrumbaran todos los pilares que la sostiene. Esas mentiras que se vuelven reales, cambiaran la vida normal de la familia e introduciran nuevos personajes.
Como es habitual en este tipo de películas, todo se derrumba fácilmente; pero luego con la misma facilidad la familia acepta el hecho de que todo cambia, y tal vez la frase "ya nada volverá a ser igual" no sea tan real, ya que parece que todo seguirá siendo igual.
En fin, es un drama televisivo como tantos otros. No hay sorpresas, y el sufrimiento es el mismo al visto en muchas ocasiones. Uno no espera mucho más de una historia que se intuye en todo momento y que por supuesto no emociona en nada. Solo emociona esas letras finales que anuncian un "the end" esperado desde los primeros minutos.