Nos encontramos ante otra típica comedia romántica neoyorkina, en la cual la historia se mueve a través de diversos embustes y guiños románticos llevados a cabo por sus protagonistas.
Jennifer Aniston coge el relevo a Meg Ryan en este tipo de películas, y nos acompaña a todos en una mentira que se crea para poder prosperar en su empresa. Como es lógico la mentira que se plantea sin ningún tipo de malicia, da un giro de 180 grados, ya que si no nos quedaríamos sin película a los 20 minutos. Ese giro es lo que hace que se creen situaciones cómicas cuando la protagonista no tiene otra opción que presentar a sus jefes a su novio inventado, para así poder seguir manteniendo su empleo.
A todo esto se une otra historia paralela, llevada a cabo por Kevin Bacon (el cual se pasea sin pena ni gloria) creándose otro lío amoroso.
Aunque cuando la película lleva unos minutos, uno ya se imagina como va a acabar y en cierto modo muchas escenas son muy predecibles y están un poco trilladas ya en el cine; aun así el film tiene algo de chispa, y hace que uno se ría de ciertas situaciones que sinceramente están muy bien realizadas.
En fin, una comedia ligera que sin ser brillante uno pasa un rato bastante agradable, y de la que recalcaría sobre todo la relación entre madre e hija (Aniston-Dukakis); una relación en la cual se dicen las mejores frases cómicas de toda la película.