Esta película siempre me ha producido cierta dualidad, ya que por un lado me atraía el saber de qué iba, y por otro tenía la sensación que no me iba a gustar; y todo esto sin saber de qué iba exactamente.
En la historia se pueden observar ciertas influencias de ese mundo extraño de Terry Gilliam. Uno se expone abiertamente a una historia que no se sabe cómo va a ser encauzada, ya que todo resulta incoherentemente extraño.
El guión expone como el hombre vive la vida sumido y agachado ante el día a día. Tal y como su protagonista trabaja en esa oficina de techos bajísimos.
Uno es una marioneta más dentro de un mundo en el que alguien mueve los hilos de todos. ¿Quién es ese alguien? Eso nunca se sabe, pero el destino está marcado y otro decide por ti.
En este caso se coge a John Malkovich, el cual queda anulado por la pasión de otras personas, y el deseo de vivir una vida diferente. John no podrá manejar su vida ya que al igual que Alicia en el país de las maravillas, una persona ha encontrado una puerta hacia un mundo interior que transforma a las personas. Un mundo que tiene una vuelta de rosca aún mayor: la vida eterna.
La película es sorprendente en su guión. Uno intenta encontrar una explicación a todo ese mundo surrealista, que no está tan alejado del que vivimos habitualmente.
En fin, película que distrae y que entretiene, pero que conforme va avanzando la historia al final uno espera algo más. No obstante, el film no defrauda y cuenta con unas interpretaciones bastante buenas por parte de sus protagonistas.