Haz click aquí para copiar la URL
España España · Sevilla
Voto de Mario:
4
Comedia. Drama Ricardo es un hombre de negocios casado. Mientras su mujer se aburre, él se divierte con las carreras de mini-coches y algún que otro flirteo. (FILMAFFINITY)
4 de agosto de 2009
29 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ricardo, hombre de negocios, está casado con Carmen. Mientras ella se aburre, Ricardo se divierte con sus devaneos y las carreras de mini-coches. La suegra, ginecóloga, para defender a la hija, le cuenta al yerno que Carmen padece una enfermedad incurable y progresiva. Para hacerle la vida agradable a su mujer, descuida su negocio y le pone una boutique. Este es el eje del guión que Azcona y Berlanga escribieron para La víctima, nombre original de la película, cambiado luego por Las Pirañas, y al final, por imposición del productor Cesáreo González, por el definitivo La boutique. La película se rodó en Argentina con unas condiciones pésimas de producción. Berlanga la consideró siempre su película maldita. Él había seleccionado como intérpretes a José Luis López Vázquez y Laly Soldevilla sustituidos también, por capricho del productor, por el argentino Rodolfo Beban y Sonia Bruno, la actriz que se casaría con el futbolista Pirri un par de años después de este rodaje. A pesar de ser un buen guión la película resulta fallida y aburre bastante.
Como en todas las películas de Berlanga aparece en uno de sus diálogos la palabra "austro-húngaro", fetiche para él. En sus memorias Berlanga cuenta que se dio cuenta un día que en sus dos primeras películas había metido la palabrita. "En Bienvenido mister Marsall se dice: Es un mapa tan antiguo que todavía existe el imperio austro-húngaro; en Novio a la vista, al alumno que se examina antes que el príncipe le preguntan el imperio austro-húngaro. También recuerdo que cuando estaba terminando el rodaje de La muerte y el leñador alguien me dijo que no había metido la palabra; quedaba solo un plano de un tío arreando a un mulo que tiraba de un carro. Y metí la palabra de un modo imposible. El hombre sacudió el látigo y dijo: ¡Arre Austro-húngarooo!" Por eso La boutique interesa hasta que aparece la palabra. Es cuando los dos socios van a comprar un viejo barco y uno le dice al dice: ¡Éste cacharro está hecho un trasto, debió pertenecer al imperio austro-húngaro!
Mario
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow