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España España · Barcelona
Voto de Manu_el_Ruiz:
2
Romance. Comedia Sophie (Amanda Seyfried) y Víctor (Gael García Bernal), una pareja que está de vacaciones en Italia, recibe una carta dirigida a una tal Julieta. La remitente es Claire (Vanessa Redgrave), una mujer que trata de localizar a Lorenzo (Franco Nero), un hombre con el que vivió en Italia, en su juventud, una aventura. Sophie emprenderá entonces un viaje por la Toscana para encontrar al antiguo amor de Claire. (FILMAFFINITY)
12 de febrero de 2011
44 de 59 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Cartas a Julieta” pertenece a ese tipo de películas tan bienintencionadas como tramposas en que todo está al servicio de la sensiblera historia que pretende contar, para emocionar a algún despistado o débil mental.
Nada más empezar, esta cargante película, ya pone sus cartas al descubierto, cuando en mitad de los títulos de crédito introduce una acaramelada cancioncilla como prólogo a todo el horror que después ha de desarrollar.

Desde el primer momento esta producción, dirigida a la más elemental de las emociones, pone en marcha todo un proceso en que confluyen: el casting (actores primarios que pondrán cara de bobos a lo largo de la película, Franco Nero incluido, se salva la siempre digna Vanessa Redgrave), la música (cancioncillas dulzonas para acaramelar las escenas), el guion (frases tópicas y ostentosas que llegan a la estupidez), la fotografía (llena de artificiosa vívida luz los encuadres que enmarcan tanto a personajes como al rural paisaje en que se mueven), la interpretación (miradas trascendente y gestos que muestran lo entrañable de la emoción que comparten), el montaje (secuencias ordenadas de los rostros/miradas entre dulces y estúpidas de los personajes, así como mostrar a ese coche viajero que siempre recorre el mismo paisaje y la misma la carretera junto a esos árboles que la bordean), y como no, la dirección (el incompetente de turno, organiza toda la parafernalia para crear una historia donde la base está en el guiño cómplice que dirige a los espectadores, a los que quiere hacer compartir esa complicidad con sus pobres criaturas de ficción)

La historia que nos explican es un puro artificio y a medida que transcurre se va volviendo tan cargante como artificiosa. Las actuaciones a nivel de protagonistas son de un tópico elemental, y cuando el quimérico director quiere filmar escenas corales consigue el más absoluto de los ridículos. Todo está encaminado a potenciar un pretendido amor verdadero que sobreviva a los tiempos y a las dificultades, y para ello tanto director como guionista nos someten a la tortura de ver como esos incapaces emocionales deambulan por todo el metraje, diciéndose cositas, echándose miraditas y hasta permitiéndose alguna cándida caricia que parece más digna de una película infantil que de adulto.

Pocas cosas pueden resultar más aterradoras que un par cretinos acercándose con la excusa del amor, hasta arrimarse lo suficiente, como, para en mitad de su ridículo desconcierto, llegar a la proximidad cárnica y confundir el desmadre orgásmico con la emoción sentimental.

El amor es algo serio, hermoso, trascendente, emocionante y hasta definitorio. Cuando alguien pretende especular sobre él, se le debería exigir un mínimo de inteligencia o por lo menos de integridad, porque si no, la tontería se impone y el más absoluto de los absurdos está servido. Es entonces cuando el ridículo invade hasta el último rincón de los corazones.
Manu_el_Ruiz
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