Siete años después del estreno del primer Terminator, tras el grito unánime de los fans, Cameron presenta "Terminator 2: el juicio final". ¿Es digna continuación? ¿Es mejor? ¿Peor?. Vayamos por parte.

Lo justo antes de nada, es empezar hablando de lo que supuso T2 en el aspecto visual. Hoy quizás ya no nos acordamos, pero al igual que hizo en su día "Star Wars" o harían más adelante respectivamente "Matrix" y "300", Terminator 2 marcó un antes y un después en la historia del cine por sus sorprendentes efectos especiales. La sensación que tenía el espectador allá por el 91 era la de que se había tocado techo. Aquellos trucos de magia (como cuando T-1000 se mimetizaba con las losas negras y blancas, o se partía en dos tras ser alcanzado por un impacto) parecían no poder ser superado por nada más. Se tuvo la sensación de que se podía plasmar en pantalla a partir de aquel momento cualquier situación visual imaginada por el hombre por muy anormal que pareciese.

Con respecto a la trama, la película hace dos cambios muy significativos con respecto a su predecesora. El primero es muy evidente; la figura de Schwarzenegger cambia de bando. Realmente no se si se optó por exigencias del guión o por recomendación del representante de Arnold, ya que en la primera entrega preocupaba que el papel de villano pudiera truncar de algún modo la futura carrera del actor, que en esos momentos había caído en gracia interpretando a "Conan, el bárbaro". La cuestión es que el cambio fue un acierto, pues se dejó paso a la figura de Robert Patrick encarnando a uno de los más carismáticos "malos" del celuloide. Aunque he de añadir, algo olvidado. Debemos reivindicar a T-1000 como miembro del selecto club al que pertenece gente de la talla de Michael Myers, Freddy Krueger ó Darth Vader entre otros.


El otro cambio significativo es el objetivo con el que la máquina es enviada desde el futuro. Si en la primera entrega era Sarah Connor el ente a destruir, en la continuación el blanco se fijó en el hijo de ésta; John Connor. El cambio dio al personaje de Linda Hamilton más garra, ya que no se limita simplemente a huir como una colegiala. Sarah Connor muta a un experimentado guerrero agriado por el tormento. Si en este peculiar trío John aporta la esperanza y el T-800 la estrategia, Sarah contribuye con el empuje.



La película, como valoración general, no es que mejore a la primera entrega, sino que la embellece. Sí es cierto que cae muy de refilón en su propia parodia, dotando a Arnold de algunos momentos divertidos que en nada favorece. Pero aun así, es unos de los títulos más grandes que ha dado el cine de Ciencia ficción.



Segunda de las cuatro críticas dedicadas a Terminator. Sigue en:

Terminator: La era del BETA
Terminator 3: La era del DVD
Terminator 4: La era del Blu-ray