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Voto de JuanCádiz:
8
Ciencia ficción. Fantástico. Acción Ha pasado una década desde que John Connor -Nick Stahl- salvara a la humanidad de la destrucción. En la actualidad John tiene 25 años y vive en la clandestinidad: no hay ninguna prueba documental de su existencia. Así evita ser rastreado por Skynet -la sofisticada corporación de máquinas que una vez intentó acabar con su vida-. Pero, ahora, desde el futuro, ha sido enviado el T-X (Kristanna Loken), la máquina destructora cyborg más ... [+]
29 de octubre de 2014
16 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace ocho años que busqué en Filmaffinity la ficha de "Terminator 3: La rebelión de las máquinas". Estando dentro de ella, me dirigí a la pestaña donde se adjudica nota al film. Voté. Y lo hice incrustando el número que creía más honesto como valoración a la película... un 5 pelao. ¿La película? por definirla en pocas palabras me pareció un "más de lo mismo".

Hoy, ocho años después, he decidido rectificar y cambiar a nada más y nada menos que a un señor 8. ¿Qué ha pasado entonces?. Pues que la primera vez vi la cinta como probablemente todos ustedes; fuera de contexto. Hacía más de una década que se disfrutó de las dos primeras partes. En la segunda se dejó el final cerrado. Era lógico que doce años después pensáramos ¿a qué viene otra vez este lío?. ¿Qué me vas a contar ahora cuando todo quedó bien resuelto?. La película, seguramente, la vio todo bicho viviente sin tener fresca las dos antecesoras, con lo cual provocó la apatía en el frío espectador.

Como ya expliqué en el prólogo del primer acto a mi tributo a Terminator (en la crítica "Terminator: La era del BETA"), me he zampado las cuatro partes en dos días. Una detrás de la otra. Y estando sumergido en ellas, esta tercera cobra muchísimo sentido añadiendo detalles que complementan estupendamente a cada una de las otras tres partes. Incluso las embellece. Se puede decir que el director Jonathan Mostow junto a sus guionistas han realizado una continuación muy digna. Incluso subsanan un error garrafal que se produjo en "Terminator 2: el juicio final". En aquella el chip y el brazo metálico que sobreviven en -Terminator 1- pasan como los desencadenantes de la rebelión de las máquina en el futuro. Esto no tendría sentido ya que jamás podría ser el culpable un objeto que apareció en escena a consecuencia de su propia aparición. Vamos, lo que se conoce como la teoría de la paradoja del abuelo. Pues en esta tercera entrega queda subsanado el error.




Como novedad más destacada en la peli tenemos el nuevo Terminator. Del T-1000 pasamos a un muy atractivo T-X interpretado a la perfección por la preciosa Kristanna Loken. La actriz hace un trabajo estupendo en su rol de robot. Unos movimientos casi calcados a los de Robert Patrick en T2. Cada mirada, cada carrera, giro de cabeza, andares... está extraordinaria. Lástima que la chica no ha tenido mucha suerte en el cine.
A destacar también la escena de la persecución por carretera (todo un clásico en los Terminators). Es desde luego la más espectacular de la saga. Y casi diría que de cualquier película pasando por encima incluso que muchas de las "Fast & Furious".

La película es un dulce siempre que la veamos, repito, muy seguida a las anteriores. Como ejemplo, vemos en el presente (de la peli) al primer Terminator creado por el hombre: El T-1. Este hecho es indiferente si la película la miras de forma individual. Pero con todo el conjunto fresco en tu cabeza resulta... ¿emocionante?... sí. emocionante es la palabra que buscaba.

Hay una última frase de Connor (antes del epílogo en voz en off) que pone verdaderamente los pelos de punta. Es bonito imaginar que James Cameron inició allá en el 1984 todo esto como vehículo para llegar hasta ese emotivo momento.

Más en las críticas:

Terminator: La era del BETA
Terminator 2: La era del VHS
Terminator 4: La era del Blu-ray
JuanCádiz
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