Remake: Dícese de las producciones audiovisuales que reproducen la trama, personajes, ambientación y prácticamente cualquier detalle de una obra anterior, siendo éstos repudiados por el cinéfilo de a pie no se sabe muy bien el porqué.
Sin el concepto remake, saliéndonos del cine, en lugar de tener hoy nuestro potente PC tendríamos un Spectrum 48k, por poner un ejemplo. Y es que hay ocasiones en las que una película se queda obsoleta, ya que los años no pasan en balde, necesitando un inmediato lavado de cara para que la gente que vivimos el cine hoy tengamos una versión acorde con la jerga y la manera de afrontar ciertos temas, como podría ser el sexual, tan distinto en décadas pasadas. En Alfie, reconozco como buena idea versionar a nuestros tiempos lo que ya hiciese Lewis Gilbert cuarentaidos años atrás. Lo afirmo con tan sólo haber visto algunas escenas de la del 66 en los extras del dvd.

Mi opinión aquí expuesta será acribillada por algún nostálgico sin necesidad de leer un renglón más. Pero es lo que hay. Yo voy con los tiempos prefiriendo decir supermercado a economato. Pues eso mismo aplicado a todo.


Jude Law siempre ha sido santo de mi devoción. En Alfie encuentro un buen ejemplo del porqué. El tío en esta ocasión se come la cámara con un desparpajo impresionante. Convencido estoy de que el amigo Law en el 2004 defendió dignamente su personaje versionado. No tendrá quejas el bueno de Caine.

Aunque en la ficha sea definida como comedia, hay que aclarar que de comedia sus primeros compases tan solo. Luego la trama pega un giro, que casi sin darnos cuenta nos encontraremos sumergidos en mitad de un dramón de dos pares.

Desde el minuto uno, el mejor amigo de Alfie seremos nosotros mismos; Ya que con quien él habla la mayor parte del tiempo es con el espectador en plan colegueo. Seríamos de ese tipo de amistad en la que el guapote habla sin parar pavoneándose de todo lo que vive, mientras nosotros, los menos agraciados, oímos en silencio intentando captar cada mínimo detalle para ponerlo en práctica al siguiente sábado noche. Y como las buenas rachas no duran siempre, también nos tocará verlo y apoyarlo en sus horas bajas, en donde ya no parece ser ni la sombra de lo que fue.

En serio, una película simpática y distinta. Y como apunta Miquel en su crítica, muy transformada para que la mujer de hoy también se sienta partícipe.